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Monbiot:Gastamos millones en el suelo de Marte y casi no conocemos el nuestro

Marta Montojo

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 11:19

Marta Montojo

El escritor británico George Monbiot reivindica un estudio exhaustivo del suelo, pues aunque los humanos lo hemos descuidado como si estuviera por debajo de nosotros, advierte de que "nuestra supervivencia en el futuro va a depender de la forma en que entendamos el suelo, su química y su biología".

Estamos gastando miles de millones de dólares en el Programa de Exploración de Marte para caracterizar la superficie de ese planeta cuando no sabemos casi nada sobre nuestro propio suelo, abunda el ecologista en una entrevista con EFE.

Monbiot (Londres, 1963), columnista en The Guardian conocido por su activismo medioambiental y político, acaba de publicar en español 'Regénesis' (editado por Capitán Swing), un ensayo que defiende la necesidad de comprender el suelo, que es "tan complejo y diverso como un arrecife de coral o un bosque tropical" pero que se comporta a veces "de una manera única, diferente a cualquier otro ecosistema".

Aunque "apenas lo estamos empezando a descubrir", pues incluso los agricultores que se esfuerzan en estudiar el suelo "no reciben el apoyo de los Gobiernos" que a juicio de Monbiot sería necesario, subraya que más investigación y experimentación es elemental para la supervivencia "de la gran mayoría de formas de vida terrestre.

Al concentrarnos en la química y descuidar la biología,"hemos causado un daño tremendo al suelo, un daño que va a ser muy difícil reparar", advierte, y "no podemos sostener una producción de alimentos en la Tierra a menos que comprendamos lo que está pasando biológicamente, ya que la relación entre las plantas, las bacterias y los hongos es absolutamente crucial para alimentar al mundo".

Por ejemplo, explica que "lo que llamamos suelos agrícolas en Europa son en realidad suelos forestales, que quieren estar bajo los árboles y responden mejor a las condiciones que obtienen cuando es así".

Monbiot se muestra muy crítico con la Política Agraria Común (PAC), un paquete de medidas que "cada vez que se reforma empeora" fruto de la presión del "lobby" agrícola y ganadero en el Viejo Continente, señala.

Tampoco defiende la agricultura ecológica, pues arguye que esta necesita mucha más tierra para producir tantos alimentos como la agricultura convencional, que tiene un alto rendimiento pero también un elevado impacto, pues al emplear productos químicos destruye el suelo y además consume mucha agua, puntualiza.

Mientras, el modelo libre de agroquímicos es menos dañino para cada hectárea de tierra, pero debe usar mucho más espacio para lograr un gran volumen de producción, lo que según Monbiot "es muy perjudicial porque cada hectárea dedicada al cultivo es una hectárea que no ocupan ecosistemas silvestres como bosques, humedales y sabanas, de los que depende la gran mayoría de la vida en la Tierra".

Así, él aboga por la restauración de ecosistemas, que considera la prioridad en este punto para atajar la crisis ecológica.

"Nos enfrentamos a una catástrofe mucho mayor de lo que los seres humanos se han enfrentado nunca antes: nuestros sistemas de la Tierra ya no son capaces de mantenernos porque están colapsando", incide.

Detener la "sexta extinción" sólo será posible "retirando gran parte del dióxido de carbono en la atmósfera, y la restauración ecológica es la forma más barata y benigna de hacerlo", insiste.

Así, Monbiot se muestra tajante contra la ganadería, industria que además de la degradación ambiental es una de las principales causantes del cambio climático, en parte por la destrucción forestal ligada a la producción masiva de piensos para alimentar al ganado.

Un informe de Greenpeace basado en datos de la FAO apunta que el sistema alimentario "es responsable del 80 % de la deforestación actual de algunos de los bosques con mayor biodiversidad del planeta", consecuencia principalmente de la expansión de la ganadería y la producción de piensos, reza el documento.

Lo mejor que uno puede hacer a nivel individual para reducir tu impacto ambiental es "cambiar a una dieta basada en plantas", asegura Monbiot, que confía en que pronto sean accesibles y de buena calidad los sustitutos de proteína animal creados en laboratorios.

En todo caso, el escritor considera que la comunicación "tiene sus límites" y que los cambios en el consumo serán sobre todo motivados por el mercado, por lo que las administraciones públicas deberán, además de subsidiar alimentos más ecológicos, "autorizar los productos microbianos que van a revolucionar la cadena alimentaria".

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