El consumo de pollo está muy arraigado en todo el mundo. Hace muchos años, estábamos hablando de que se trababa de un manjar que no todo el mundo podía permitirse. Hoy, sin embargo, es de los productos más consumidos de todo el mundo. Esto se debe a su gran disponibilidad y a la amplia variedad de formas y recetas en la que podemos tomarlo.

Lejos de ser un alimento básico, también estamos ante un producto muy saludable, de calidad y con muy buenas propiedades y beneficios para nuestra salud. La carne de pollo es muy ligera, tiene un alto contenido en proteína y es muy baja en grasa. Además, aporta vitaminas y minerales. No obstante, lo que no muchos saben es que antes de cocinar este tipo de carne, cometemos un grave error: lavarlo con agua.

Los expertos desaconsejan lavar la carne de pollo con agua: ¿por qué?

Lo cierto es que los profesionales de seguridad alimentaria e incluso las autoridades sanitarias desaconsejan hacerlo. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo? La realidad es que, en la práctica, este sencillo gesto podría contribuir a que se propaguen las bacterias, así como el riesgo de contaminación cruzada, lo cual podría desencadenar una intoxicación alimentaria.

Según la Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido, lavar la carne de pollo con agua antes de consumirla podría propagar la bacteria 'campylobacter'. Básicamente, esta se transmite cuando el agua salpica del animal a otro tipo de superficies, lo cual podría causar graves daños en la salud. Esta bacteria podría causar diarreas, dolores abdominales, fiebre, náuseas e incluso vómitos. Entonces, ¿cómo debemos limpiar el pollo?

La única forma segura de eliminar las bacterias es cocinar el pollo a una temperatura adecuada, obviando así el paso previo de lavarlo con agua. No se considera, en cualquier caso, el único alimento que no se debe lavar con agua del grifo o agua tibia. Por ejemplo, tampoco se recomienda hacerlo con el pez fresco.

El increíble ingrediente con el que tus 'nuggets' caseros quedarán perfectos y sabrosos

Para poder hacer unos 'nuggets' de pollo perfectos necesitarás añadir dos ingredientes que harán de un plato muy sencillo la comida favorita de toda la familia. Para comenzar, deberás bañar varias rebanadas de pan bimbo en leche. Mientras éstas se humedecen, tendrás que triturar las pechugas de pollo. Antes tendrás que salpimentarlas a tu gusto. A continuación, tritúralas con ayuda de una batidora o cualquier otro utensilio que te sea útil.

A continuación, añade un poco de queso en crema y el pan bimbo completamente escurrido. En este punto, tendrás que volver a triturar la masa hasta conseguir una masa homogénea. A continuación, coge pequeñas raciones en forma de bolita, que deberemos rebozar. A tu gusto, podrás hacerlo con pan normal o panko. Éste último le dará un toque más crujiente. Aplasta la bolita y añádela en el huevo batido. A continuación, rebózala con el pan rallado.

Deberás repetir esta operación con toda la masa y fríelos en abundante aceite de oliva. Además, también podrás congelar los 'nuggets' antes cocinarlos, lo que te permitirá guardarlos y tenerlos siempre preparados.