Un clásico para calentar nuestra casa en invierno es utilizar una chimenea. Quien no se ha imaginado en pleno invierno encerrado en casa, sentado en el sofá, tapado con una manta, llevando un jersey de lana, mientras disfrutamos del calor y la luz del fuego que hay en la chimenea. Se trata de una imagen muy bonita y que relaja bastante. El problema que no aparece en esta imagen y que es la parte menos bonita es limpiar la chimenea.

Y es que no es para nada una tarea agradable. Hay que quitar y apartar las brasas que se ha apagado (porque nos pueden servir para encender con más facilidad y rapidez el fuego para la próxima), hay que meter en un cubo o en una bolsa de basura toda la montaña de cenizas (si no lo hacemos será imposible volver a encender la chimenea), aspirar o barrer el suelo para quitar los restos de ceniza y lo más importante: limpiar el cristal de la chimenea.

Seguramente te preguntarás por qué se ensucia siempre el cristal de la chimenea. Y esto se debe a la combustión de la madera, que genera humo, el cual se extiende por toda la chimenea y, una buena parte, termina ensuciando el cristal, volviéndose negro. Y, con el paso del tiempo, la imagen que deja no es que sea muy bonita.

Es por ello que se debe limpiar esta parte de la chimenea cada cierto tiempo, aunque lo preferible es limpiar el cristal después de cada uso. Porque si esperamos mucho tiempo será más difícil limpiar el hollín acumulado. Además, haciendo esto siempre tendremos garantizada la reconfortante vista de las llamas.

Trucos para limpiar el cristal

Sin embargo, esta tarea no es tan sencilla, pues todos los productos que se venden, prometiendo limpiar el cristal, no siempre son tan efectivos como esperamos. Esto se debe a que la clave para eliminar el hollín acumulado en el cristal está en rascar la suciedad. Pero, al estar en un cristal, estamos hablando de rascar en una superficie delicada, lo que dificulta el trabajo.

El truco casero más eficaz para eliminar el hollín de la chimenea es usar las propias cenizas de la chimenea. Sí, tal y como lo escuchas. La clave está en mezclar las cenizas con un poco de agua para crear una masa. Ponemos la masa en una bayeta y la frotamos en el cristal y veremos cómo se elimina el hollín del cristal. Otra opción es utilizar una esponja para superficies delicada en lugar de una bayeta. Finalmente, solo hay que aclarar.

Otro truco muy eficaz es utilizar una mezcla de amoníaco y agua para pulverizar sobre el cristal. Lo frotamos y aclaramos. Esta solución es perfecta para acabar con la suciedad del cristal, sin tener que frotar mucho y de forma rápida.

Lo que nunca se debe hacer

Lo que nunca se debe hacer a la hora de limpiar el cristal de la chimenea es usar un rascador. Aunque puede parecer que la parte ennegrecida se va del cristal, haciendo esto solo conseguiremos rayar el cristal. Por lo que es un completo error.