El atún en conserva y en lata es uno de los alimentos más recurrentes en los españoles para ensaladas y un sinfín de aperitivos, eligiendo entre aquellos al natural y los que se conservan en aceite de oliva virgen extra. No es de extrañar que muchos tengamos el gesto habitual de aprovechar ese aceite que acompaña al pescado para condimentar las ensaladas o para aquellas salsas, ya sea para pasta o carne, a las que añadamos el atún en lata. No obstante, existen riesgos de aprovecharlo, en lugar de desecharlo.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que, a pesar de que el atún es una gran fuente de proteínas (25 gramos por cada 100 de producto), pero supone un riesgo en sí mismo si se consume sin control ninguno. Y es que los expertos recomiendan no excederse en más de 3 latas a la semana, por el elevado nivel de metales, sobre todo de mercurio, que incluye este tipo de pescado por lo que, si queremos un alto consumo en proteínas y bajo en grasas, también podemos alternarlo con la merluza o el bacalao.

Atunes buenos y atunes mejores

También tendríamos que clasificar qué tipo de atunes en conserva son los más saludables. Y es que la primera opción tendría que ser el bonito del norte, seguido del atún claro. Pero, más específicamente, tendríamos que priorizar un tipo de atún en lata elegimos del supermercado. El más saludable, y también el más económico, es el atún natural, mientras que también podemos optar por el atún en aceite de oliva virgen extra.

Por otra parte los expertos recomiendan dar preferencia a estas opciones por delante de las conservas en escabeche o las latas en aceite de girasol. En cualquier caso, el aceite es importante que esté incluido con el atún para conservar las cualidades del pescado, como las vitaminas A, D, E y K, buenas para la piel y el sistema inmunológico.

¿Tiramos el aceite de la lata?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no hay problema en consumir el aceite de la lata porque todo son inocuos. No obstante, tenemos que tener presente que llevan una gran cantidad de sal, así como conservantes, por lo que podemos estar ingiriendo un alto nivel de calorías en un solo 'chupito' de aceite, algo a tener en cuenta si estamos siguiendo una dieta proteica.

Por ello, no quiere decir que no podemos reutilizarlo para aderezar las ensaladas o para añadir sabor a la carne o a la pasta, pero sí que debemos tener en cuenta el contenido en sal que puede llevar.

El error al preparar una buena ensalada

Al hilo de esto último, a la hora de hacer una ensalada, solemos tender a excedernos con el aceite y el vinagre. Si nos pasamos con el aceite generalmente no hay gran problema, pero si nos excedemos con el vinagre podemos arruinar una rica ensalada.

Afortunadamente, hay un truco que puede corregir el exceso de vinagre. Y es, además, una solución muy básica.Sólo tienes que coger una miga de pan, hacer una bola con ella y echarla dentro de la ensalada. Rápidamente, el pan absorberá parte del vinagre. Puedes repetir la operación varias veces hasta que quede la cantidad justa de vinagre en nuestra ensalada. Y otro factor importante: aliña la ensalada justo antes de tomarla. Si no, las hojas de lechuga se quedarán mustias antes de comértelas y el sabor no será el mismo.