El pollo es uno de los platos más recurrentes en los hogares españoles. Los hay de muy diferente variedad. Pollo asado, pollo frito, pollo en salsa, en pepitoria... Un alimento muy completo además, ya que es una fuente de proteína que no engorda y es muy sencillo de elaborar.

Las Madres Clarisas tradicionalmente han tenido grandes dotes culinarios. En el programa 'La cocina de las monjas', emitido en 2014 en la televisión por Internet de Franciscanos de María, se basaron en estas monjas para elaborar un pollo en pepitoria, que es una de las recetas más recurrentes cuando hablamos de pollo, donde la yema del huevo y las almendras molidas adquieren protagonismo.

Para su cocinado, necesitaremos unos ingredientes muy sencillos: un pollo troceado; aceite de oliva virgen extra; harina para rebozar; almendras; pan; ajos; huevos duros; pimienta y sal. Uno de los secretos para que el pollo en pepitoria quede rico es extraer la piel del animal, ya que se caracteriza por ser muy graso, y este plato no necesita apenas grasa.

El primer paso es elaborar la salsa

Una vez desvelado uno de los secretos, procedemos a calentar una sartén con un chorreón de aceite de oliva. A continuación, introducimos los ajos, las almendras y trozos de pan. Con todo ello procedemos al rehogado y sirve de base para elaborar la salsa. Basta con cien gramos de almendras y unos tres dientes de ajo.

En caso de que no dispongamos de almendras, se puede sustituir por otro fruto seco que nos permita también una salsa espesa. Tenemos que vigilar que las almendras no se quemen en el fuego, ya que arruinaría el cocinado.

Una vez se fríen las almendras, los ajos y el pan, se deposita en un recipiente para batirlo. Antes de batir, introducimos un poco de agua y partimos los huevos duros, pero tan solo empleamos para batir la salsa la yema. Ya está todo preparado para batir la salsa con la batidora.

El pollo: freír y cocer

Una vez la salsa ha quedado elaborada, volvemos al pollo. Lo primero es salpimentar (sal y pimienta negra) los trozos de pollo para posteriormente harinarlo. Luego, volvemos a utilizar la sartén con la que rehogamos la salsa, pero añadiendo una buena cantidad de aceite.

El pollo se va friendo también en la sartén, hasta que quede bien doradito cada parte. El siguiente paso es hacernos con una olla, donde introduciremos el pollo troceado y la salsa, para de esta manera dejarlo cocer por un periodo de entre 45 minutos y una hora. No más tiempo, ya que se empezaría a perder el jugo, siendo este el segundo secreto para que nos quede un plato sabroso. Antes de cocer, añadimos un poco de agua en la olla y, finalmente, introducimos también las claras de huevo.

Una hora después aproximadamente, el pollo habrá quedado completamente tierno. Un plato que se puede acompañar como guarnición con arroz blanco o con patatas fritas. Eso ya va al gusto del consumidor.