Ante el inminente fin de las ayudas en las facturas de la luz y el gas, que finalizan el próximo 31 de diciembre, no es de extrañar que muchas personas echen ya mano de la calculadora para ver de donde pueden recortar algunos euros, sobre todo teniendo en cuenta que el coste de la vida es cada vez más alto por la inflación.

En principio recortar en gastos recurrentes como la luz se presume crucial para tener nuestras cuentas más en orden y poder llegar más holgados a final de mes

Pero, ¿cómo hacerlo? ¿cómo reducir al máximo el recibo de la electricidad? Pues toma nota porque hay varias maneras de conseguirlo y aliviar tu bolsillo:

Ajustar la potencia contratada

En primer lugar, debes revisar tu factura, es un truco infalible que te ayudará sin lugar a dudas a ahorrar unos eurillos a final de mes. A menudo no somos conscientes de qué tarifa tenemos contratada ni cuándo la revisar nuestra compañía.

De la misma manera debemos saber cual es la potencia eléctrica que tenemos contratada. Una parte importante de nuestra factura varía en función de la potencia. Para hacernos una idea, un Kw de potencia supone unos 40 euros al año. Mirar nuestro picos de consumo nos puede servir de referencia para contratar la potencia más ajustada.

Algo que hacíamos hasta hace no mucho es mirar los picos en los que la luz es más cara, si tenemos una tarifa con tramos horarios. Bastaría entonces con no poner el lavavajillas o la lavadora las horas puntas.

Por cierto que no está de más utilizar programas eco en los electrodomésticos, ya que podemos reducir el gasto hasta un 40%. También es recomendable y fácil de ajustar, que durante su funcionamiento no se superen los 40 grados de temperatura.

Stand-by

Los expertos también aconsejan desenchufar los aparatos electrónicos que no estemos usando. Consiste en apagar del todo esos dispositivos que cuentan con una luz de pequeñas dimensiones que se queda encendida cuando no los estamos usando. Se calcula que puede suponer un sobrecoste de unos 4 euros al mes.

Placas fotovoltaicas

Antes de nada, esta opción no es apta para todos los bolsillos ya que requiere una sustanciosa inversión. El ahorro depende eso sí del tipo de la instalación y del lugar donde coloquemos las placas solares. El ahorro puede llegar a la mitad del gasto habitual.

El coste de su instalación puede no estar a nuestro alcance pero es conveniente mirar las ayudas que existen.

Decoración

No la tenemos en cuenta y sin embargo la decoración puede ayudar a reducir nuestro gasto energético. Empieza por aprovechar la luz del sol. De día sube las persianas y abre las cortinas. Hacer lo contrario al caer la noche es una forma de recortar las factura de electricidad ya que evitaremos la pérdida de temperatura.

Además el uso de colores va más allá de la decoración pura y dura. Los colores claros en paredes y muebles aumentan la sensación de luminosidad en casa.

Las alfombras además de crear un ambiente acogedor, dan calidez,- en especial si son de lana- y son un buen aislante.

Baja el termostato por la noche y utiliza para calentarte un buen edredón. Lo ideal es que por la noche la temperatura esté entre los 16° y los 18°, más temperatura, es aumentar innecesariamente nuestra factura.

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