A sus 16 años, Desirée Vila era una de las mejores gimnastas de España: "Yo hacía gimnasia acrobática y estaba en la Selección española. Y en 2014 participé en el Campeonato del Mundo, que es lo máximo a lo que puedes llegar en este deporte, porque no es olímpico".

El 26 de febrero de 2015, la pequeña, ágil e hiperactiva Desi quería hacer un último salto mortal antes de acabar su entrenamiento: "Estaba en el aire, sintiendo la grandeza, el vértigo, el equilibrio, la técnica y la complejidad de aquel ejercicio. Sin embargo, por alguna extraña razón la pierna derecha se adelantó en la caída, y el resultado fue el impacto del peso de todo mi cuerpo sobre ese miembro. Salí disparada y directa a la colchoneta con un dolor inmenso. Todo se paralizó. Tuve la valentía y el coraje de mirar hacia mi pierna. Estaba descolocada, literalmente, con el hueso hacia fuera". 

Así es como relata la propia Desi en 'Lo único incurable son las ganas de vivir' su fractura de tibia y peroné. Una lesión de por sí grave, pero que se agravó debido a la mala gestión médica. "Se obstruyó una arteria y eso derivó en la amputación. Hubo una serie de errores médicos y me tuvieron que amputar la pierna por encima de la rodilla. Tuvimos un juicio que demostró la negligencia médica". El traumatólogo que la atendió está condenado por un delito de lesiones por imprudencia.

Afrontar la pérdida de una pierna es un auténtico reto para cualquiera, pero mucho más aún para una adolescente. "Con 16 años es una noticia muy dura y nadie te enseña a adaptarte a esta situación. Te quieres ver bonita y no aceptas tu cuerpo, y verte sin una pierna es un trago bastante duro".

Desirée tuvo que empezar a vivir de cero, encontrándose con dificultades que no habría imaginado apenas unas semanas antes: "Volver al colegio, que te miren... Hay gente que lo entiende mejor y otros peor. Mis primos pequeños me preguntaban, no lo entendían y como yo lo tenía muy reciente, me molestaba que preguntaran por qué me faltaba una pierna".

Pero, de todo esto, Desi ha sacado una auténtica lección de vida para todos los que tenemos la suerte de poder escucharla: "A veces nos preguntamos: '¿Por qué a mí? ¿Por qué me tuvo que pasar esto a mí?' Pero luego te das cuenta de que cada uno tiene lo suyo. Lo mío es físico y se ve, pero igual otra persona tiene un problema económico, o igual está pasando por una enfermedad que no se ve, o que le está causando daño psicológico. Y todos tiramos para delante y cada uno vive con lo que le ha tocado y de eso se trata la vida, porque todos vamos a morir y hay que intentar disfrutar hasta el último día".

Por eso, Desi siempre se muestra agradecida a todos los que la han acompañado en este duro viaje: "Para mí, lo más importante en la vida es el amor. Y yo, durante toda mi vida y, sobre todo, cuando necesitaba más apoyo, siempre lo tuve. Todos podemos pasar momentos y difíciles y, si tenemos gente que nos quiera a nuestro lado, pasan mejor".