El Belgrano celebraba esta semana su ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino en una fiesta que pudo acabar en tragedía por un error de cálculo en la ruta que seguía el autobús descapotable. El equipo festejaba por las calles de Buenos Aires el éxito junto a decenas de aficionados que jaleaban a unos jugadores distraidos.
En un momento el autobús descapotable se acerca a un puente y todos los jugadores rápidamente tienen que agacharse y tirarse al suelo para evitar el golpe contra la parte superior de la que el vehículo pasa a escasos centímetros. Solo la velocidad de los futbolistas evitó una desgracia por culpa de un error a la hora de calcular la altura del autobús.