El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) decidió multar al Atlético de Madrid por "alteración del orden del encuentro de carácter leve" en el partido de la última jornada de Liga frente al Barcelona (0-1).

La sanción es en aplicación del artículo 110 del Código Disciplinario de la RFEF, que determina multa de hasta 602 euros al club organizador cuando se produzcan hechos definidos dentro del artículo 15 de este ordenamiento y se califiquen como leves por el órgano disciplinario.

El citado artículo 15 señala que cuando "se altere el orden, se menoscabe o ponga en peligro la integridad física de los árbitros, jugadores, técnicos o personas en general, se causen daños materiales o lesiones, se produzca invasión del terreno de juego, se exhiban símbolos o se profieran cánticos o insultos violentos, racistas, xenófobos o intolerantes, o se perturbe notoriamente el normal desarrollo del encuentro, incurrirá en responsabilidad el club organizador del mismo, salvo que acredite el cumplimiento diligente de sus obligaciones y la adopción de las medidas de prevención exigidas por la legislación deportiva para evitar tales hechos o mitigar su gravedad".

En el acta del partido el colegiado valenciano Antonio Mateu Lahoz reflejó, en el apartado de público, que "fueron lanzados varios objetos, sin impactar en ningún jugador, destacando un paraguas negro, siendo avisado por megafonía y consiguiendo el objetivo deseado".

El documento no reseñó los cánticos dirigidos desde la grada contra el delantero francés del Barcelona y exrojiblanco, Antoine Griezmann.

La Liga denunció ayer al Comité de Competición y a la Comisión Antiviolencia estos hechos que se repitieron en varias ocaciones durante el partido, cuando unos 2000 aficionados locales ubicados en la Grada Baja de Fondo Sur entonaron de forma coral y coordinada, durante aproximadamente más de 10 segundos, el cántico "Griezmann muérete".