Mal momento para que sea visto con buenos ojos un proyecto que necesita tanta agua. Pero Trebujena no se puede permitir renunciar a la mina de oro que, para una población como ésta, significa el macroproyecto turístico que ya cuenta con la autorización medioambiental de la Junta de Andalucía. Eso sí, tendrá que navegar en contra de la corriente que imponen los criterios ecologistas sobre los que han empezado a surgir pronunciamientos. Escucha aquí al delegado territorial de Sostenibilidad, Medioambiente y Economía Azul, Oscar Curtido.

El propio portavoz de la Junta de Andalucía y consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández-Pacheco, ya ha salido al paso para acalrar que esa aprobación "está supeditada" a la pronunciación de la Conferencia Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que tiene las competencias en materia de aguas en este caso. Tras el Consejo de Gobierno, ha asegurado que tras "tres solicitudes" para que la Conferencia se pronunciase a ese respecto, la Junta optó por emitir este informe "favorable en el resto de ámbitos que incluye la autorización ambiental".

Lo cierto es que las autorizaciones ambientales dependen de la emisión de "multitud de informes sectoriales", que son los que condicionan la autorización final. Y en este caso, Fernández-Pacheco deja sentado que "si la Confederación dijera en materia de aguas que el proyecto es inviable, la autorización ambiental decaería" y ha considerado "poco riguroso" que se haya acusado a la Junta de dar una autorización que "tendrá consecuencias hídricas" para Doñana, en alusión a las críticas vertidas este martes por el portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, quien ha denunciado esta situación.