El 24 de octubre es la festividad de San Rafael, Custodio de Córdoba. La devoción eclosiona en el último cuarto del siglo XVI. Desde entonces la ciudad se llena de sus imágenes en estatuas y cuadros y da su nombre a establecimientos y a miles de niños y niñas cordobeses. Como cada año, el 24 de octubre, los cordobeses aprovecharán para ir a compartir un perol al campo.

Cuenta la historia que, en 1575, durante unas obras en la parroquia de San Pedro, aparecieron unos huesos que se atribuyeron a los mártires cordobeses. Mientras se investigaba su autenticidad, San Rafael, se apareció al padre Roelas, certificando las reliquias y declarando, “Yo te juro por Dios vivo que soy Rafael Arcángel, a quien Dios tiene puesto como Custodio de esta ciudad”.