Mucho se ha hablado durante estos meses sobre el hidrógeno verde tras el anuncio del I Congreso Nacional de Hidrógeno Verde que tiene lugar en Huelva y desde que se conociera la noticia sobre la planta de metanol verde que se pondrá en marcha en Huelva. Pero, ¿qué es? En COPE Huelva te contamos las claves de esta nueva tecnología.

¿Qué es el hidrógeno verde?

El hidrógeno renovable, también llamado hidrógeno verde, es un vector energético. Es decir, un elemento que acumula energía y que luego puede ser liberada de forma controlada, una especie de combustible.

Este gas proviene de fuentes renovables y con cero emisiones de CO2, por lo que su uso contribuye a la descarbonización, uno de los retos a los que nos enfrentamos en nuestro planeta.

Como su propio nombre indica, este vector energético proviene del hidrógeno, el elemento químico más abundante del planeta. Se encuentra en el 75% de toda la materia de nuestro planeta, aunque nunca en solitario. El hidrógeno siempre acompaña a otros elementos químicos. Un ejemplo de ello podría ser el agua, una combinación de hidrógeno y oxígeno.

¿Cómo se consigue el hidrógeno renovable?

Existen diferentes formas de obtener hidrógeno verde. Las principales son a partir de biometano y mediante electrolisis.

El biometano obtenido a partir de residuos sólidos urbanos permite sustituir el gas natural convencional para producir hidrógeno renovable. De esta manera se potencia la economía circular.

Sin embargo, Huelva va a producir su hidrógeno verde mediante la electrolisis principalmente, una de las tecnologías más utilizadas para obtener este gas. Este proceso consiste en la separación de la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno mediante la aplicación de energía eléctrica renovable. Cabe destacar que existen también otras variantes.

¿Para qué servirá el hidrógeno verde?

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El hidrógeno verde tiene tres usos principalmente: movilidad, industria y almacén de energía renovable.

En el campo de la movilidad, el hidrógeno renovable se empleará para la fabricación de combustibles sintéticos y combustibles convencionales. Esto servirá para minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. En un futuro, la pila de combustible propulsado por hidrógeno será una opción para sectores del transporte pesado por carretera. Aunque en algunos países como Estados Unidos, Rusia, China, Francia o Alemania es ya una realidad.

Los combustibles sintéticos producidos con hidrógeno renovable serán esenciales para descarbonizar sectores difícilmente electrificables, como el transporte marítimo o aéreo.

Por su parte, en la industria, el hidrógeno es un elemento clave para los procesos de refinamiento y se utiliza como materia prima para la descarbonización de este sector.

Además, por si fuera poco, el hidrógeno verde permite almacenar a gran escala los excedentes de electricidad renovable en los momentos en los que la generación de energía exceda a la demanda. De esta forma se encuentra solución a uno de los principales problemas del sector energético.

Las ventajas del hidrógeno verde como fuente de energía

Con todos estos puntos sobre la mesa surge una pregunta: ¿cuáles son las ventajas del hidrógeno renovable? Está claro que la principal de las ventajas de su uso es la reducción emisiones. Es más, su uso solo emite vapor de agua. A esto hay que sumar que el adoptar el hidrógeno verde como fuente de energía supone reducir la dependencia de petróleo, gas y carbón.

Se trata, además, de un elemento tremendamente versátil como hemos repasado en este texto. Cuenta con una gran variedad de aplicaciones, desde alimentar vehículos hasta ser utilizado en procesos industriales o para generar electricidad.

Por último, cabe destacar que el hidrógeno verde puede ser producido directamente a partir de fuentes renovables, lo que facilita su integración con sistemas eólicos, solares o hidroeléctricos ya existentes en nuestro país.

De esta manera el hidrógeno verde se yergue como una de las principales alternativas para poder hacer frente a nuestra forma de vida, que necesita cada vez más vatios para funcionar. Además, sería la respuesta a la dependencia energética de terceros países que son los principales productores de combustibles fósiles y que condicionan el precio de los mismo y la energía.

Prueba de ello ha sido el conflicto bélico en Ucrania que ha provocado una crisis energética global debido a la falta de este tipo de combustibles. Esto ha llevado a un aumento sin precedentes del precio del gas natural y el carbón, provocando que Europa haya tenido que importar mucho más gas natural licuado de lo habitual, con el problema que eso conlleva para el agravamiento del cambio climático.

Según apunta la AIE (Agencia Internacional de la Energía), gracias al hidrógeno verde se ahorrarían los 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se originan cuando este gas se produce mediante combustibles fósiles.

Pese a todo, el hidrógeno verde también tiene aspectos que hay que tener en consideración. El consumo de energía renovable que se necesita para la obtención de estae producto es mayor que el de los combustibles fósiles. A esto hay que sumar que la electrolísis requiere de agua.

Por ello es importante descartar que desde el sector se están llevando a cabo importantes esfuerzos en estudios y proyectos que minimecen estos impactos. Un ejemplo de ello es el uso de aguas residuales de otras industrias, como la cementera, para poder conseguir hidrógeno verde, lo que pone de manifiesto el compromiso de la industria en conseguir una economía circular.