Fue un 20 de junio de 1984 cuando la sevillana María Serafina Monterrubio Ayo se lanzó a la piscina para competir en unas Paralimpiadas que se disputaban en Nueva York. Se convertía en la primera deportista andaluza en participar en unos Juegos Paralímpicos.

En aquellos años la situación del deporte para personas con discapacidad era complicada: había pocas competiciones y pocas instalaciones adaptadas.

Hoy las cosas han cambiado mucho pero la vida de las personas con dispacidad sigue siendo en muchas ocasiones una carrera de obstáculos.

Por eso Marifi se ha puesto manos a la obra. Sabe bien lo que es vivir con discapacidad. Nació el 21 de marzo de 1961 en Sevilla y a los siete años sufrió unas fiebres que terminaron siendo diagnosticadas como poliomielitis. Aunque empezó a practicar natación muy pronto, la enfermedad le dejó algunas secuelas.

Esas secuelas no le impideron superarse y dedicarse con más ahínco al deporte participando en competiciones logrando un sólido palmarés deportivo , tal y como se recoge en la Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas.

En ese palmarés en competiciones nacionales relucen 4 medallas de oro, 8 de plata y 13 de bronce para un total de 25, destacando su soberbia actuación en el VII Campeonato de España, Bilbao 1977, donde se impuso en 100 braza, 100 espalda y 100 libre, llegó segunda en 4×50 estilos y tercera en 4×100 libre. Su cuarta y última corona la consiguió en 1983 en Sevilla.

Por ediciones, los años en los que subió al podio fueron Sevilla 1970 (2 medallas), Salamanca 1973 (1), Zaragoza 1974 (1), Vigo 1975 (1), Madrid 1976 (1), Bilbao 1977 (5), Pamplona 1978 (2), Zaragoza 1981 (3), Sabadell 1982 (1), Sevilla 1983 (3), Madrid 1984 (3) y Badalona 1985 (2).

Con 23 años fue incuida en el equipo español que iría a los Juegos Paralímpicos de 1984. Una etapa incipiente del deporte paralímpico con enormes carencias. Las competiciones tuvieron lugar en el Complejo Atlético Mitchell neoyorquino y en la Universidad de Hofstra, en Long Island. Allí e instaló la villa para deportistas, utilizando las habitaciones vacías de los estudiantes. Marifi cuenta que las estancias “tenían literas y estaban repletas de barreras, algo insólito teniendo en cuenta nuestras discapacidades. En cada habitación dormíamos tres deportistas. Mi compañera en silla de ruedas se quedó con la cama baja y a las literas altas tuvimos que subirnos mi otra compañera y yo, dos cojas”.

En aquella época necesitaba Marifi como muchas otras deportistas con circunstancias parecidas necesitaba asistencia y apoyo de familiares para poder realizar su actividad. Hoy reclama que se siga trabajando por facilitar la vida a muchas personas que necesitan asistencia. Marifi pide que se cumpla el marco legal que existe para que se respete el derecho a disponer de asistencia personal y ha difundido un vídeo que pide que se comparta para dar visibilidad a estas circunstancias.

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Marifi Monterrubio recuerda que España suscribió la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad y pide dar cumplimiento al desarrollo normativo de la prestación de la Asistencia Personal.