Era un día 22 de febrero, pero de 1905. Los periódicos de la época recogen que en Sevilla ha caído una "ligera nevada a las seis de la tarde". Un mes después, el 24 de marzo de ese mismo año volvió a nevar coincidiendo con la Semana Santa.

Antes, en la historia de la ciudad, aunque en raras ocasiones , también se recogen noticias de nevadas que cubrieron de blanco las calles de una ciudad poco habituada a este tipo de fenómenos invernales.

La última vez que la nieve llegó a Sevilla fue también en febrero. Un día 2, del segundo mes del año, de 1954.

Y ese mes, febrero, fue testigo de la llegada de la nieve también en 1935, el 9 de febrero y el 25 de febrero de 1944 (según noticia de ABC "...unos copos minúsculos que en cuanto llegaban al suelo se fundían...").

Las nevadas fueron en su momento una anécdota en la capital, un episodio raro y nada habitual. Aunque tampoco lo es que el mes de febrero de ese 2020 esté siendo tan suave que se parezca más a una primavera.

Los expertos de la web eltiempo.es confirman que febrero está siendo un “mes muy suave en cuanto a temperaturas, siguiendo la tendencia de las previsiones que indicaban un mes con valores por encima de lo normal en prácticamente todo el país.

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Tanto es así que ya se han batido algunos récords de calor en el primer episodio de temperaturas anómalas y excesivamente altas del año, que se ha dado estando en invierno”.

Desde esta web señalan que este invierno ha predominado el índice positivo de la Oscilación Ártica (AO) que está vinculado a una corriente en chorro o jet stream fuerte y sin muchas ondulaciones.

Desde finales del pasado año el índice AO ha tomado valores positivos.

Esta corriente en chorro es uno de los factores que determina el tiempo en nuestras latitudes y, cuando es firme, el aire frío queda confinado en la zona polar y las borrascas afectan al norte del continente. Esta situación propicia tiempo más cálido y húmedo en el norte de Europa y más seco

Esa puede ser una de las explicaciones de esta primavera adelantada con temperaturas por encima de los 20 grados más propias del mes de abril o mayo.

Así que este año el refranero español se cumple a la perfección. Porque cómo no pensar que estamos viviendo un “Febrerillo el loco” más parecido a la primavera que al invierno, en el que “busca la sombra el perro” .