Zaragoza ya huele a fiestas. Los principales escenarios ya están listos y muchos arrancarán con programación la misma noche del viernes 7 de octubre. Los negocios de la capital también se preparan para estos días en los incrementarán notablemente sus ventas. Todos coinciden en destacar que se están recuperando cifras pre-pandemia.

Es lo que no han dicho en la tienda de trajes regionales 'San Jorge'. La gente se está gastando lo mismo, nos dice una de las responsables, Natalia Arbués. Pero algo ha cambiado: todo es más improvisado y los clientes acuden con mucho menos tiempo; con lo que el trabajo de estos días les obliga estar cosiendo hasta pasadas las 11 de la noche y con pedidos que entregarán el mismo día 11 de octubre. “La gente antes en junio y julio encargaban el traje y empezábamos a coser, y ahora nos estamos plantando en septiembre”, ha indicado Natalia. “El problema de negocios tan especializados es encontrar personal”, porque “saber coser es una especie en extinción y más que conozca el traje regional, así que como somos un negocio familiar tiramos de familia”.

Las tiendas de flores se llenan de claveles estos días esperando al día 12. También trabajan a destajo porque, como dice Montse, de 'Flores Linacero', “se ve en el ambiente la ganas de fiestas, de celebrar y de Ofrenda”. Estas tiendas están haciendo una media de 20 ó 30 ramos al día. “Son tantos que el domingo tendremos que trabajar”, ha señalado. De media la gente se puede gastar unos 25 euros en estos ramos, nos cuenta. Y se confirma la tendencia de los últimos años: aunque los claveles siguen siendo la flor estrella, están dejando paso a otras composiciones más artísticas o acorde al color de los trajes.

¿Y cómo lo llevan las tiendas de recuerdos? 'La Mañica', en la plaza del Pilar, lleva 33 años abierta. Su responsable, Antonio, nos cuenta que vienen los mejores días de ventas, que se incrementan “un 100%”. “Vendemos recuerdos, caramelos, imanes, llaveros, frutas... La gente de aquí compra algún cabezudo o cachirulo” pero, tal y como nos cuenta Antonio, la venta de estos pañuelos "ha aflojado una barbaridad porque los regalan en los centros comerciales y los venden en el top manta”.

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