Don Carlos Escribano Subías, de 56 años, es desde este sábado oficialmente el nuevo Arzobispo de Zaragoza tras su nombramiento por parte del Papa Francisco, el pasado 6 de octubre. Sustituye en el cargo a Don Vicente Jiménez y se convierte así en el arzobispo número 101 de la Archidiócesis de Zaragoza. A la ceremonia celebrada hoy en la Basílica del Pilar, han asistido cerca de 300 personas, entre ellas ocho arzobispos y una docena de obispos.

La emocionante jornada de toma posesión comenzaba a las 10.15 de la mañana con la llegada de Don Carlos a la Seo, acompañado del Nuncio Apostólico Monseñor Bernardito Auza y del Administrador Apostólico. Allí ha sido presentado a los responsables del Ayuntamiento de Zaragoza, del Cabildo Metropolitano y del Colegio de Consultores.

Tras adorar el lignum crucis y rociar con agua bendita a los presentes, se ha encaminado a la capilla del Santísimo, donde ha rezado en silencio durante unos momentos. Seguidamente, la comitiva se ha dirigido hasta el altar mayor. Allí, de rodillas, ante la cruz y los evangelios, Don Carlos ha jurado “guardar la inmunidad de la Iglesia cesaraugustana y mantener y defender los privilegios, la libertad, los estatutos, la bula de unión, los acuerdos y las costumbres de dicha iglesia”. Tras el juramento, ha rezado la oración de los santos Valero y Vicente.

Uno de los momentos más emotivos se ha producido minutos antes de las 11.00 de la mañana en la Basílica del Pilar, cuando Monseñor Escribano se ha acercado a “saludar a la Señora”. En la Santa y Angélica Capilla, ha tenido unos minutos de oración ante la Virgen y se ha abrazado al Sagrado Pilar.

Después se ha retirado a la sacristía mayor, para prepararse a la celebración de su primera misa en Zaragoza, misa en la que ha tenido lugar la toma de posesión canónica de la sede. Tras la lectura del evangelio, el nuevo Arzobispo ha pronunciado su primera homilía como pastor de la Archidiócesis Metropolitana de Zaragoza. Homilía que puedes escuchar íntegra en la grabación que acompaña a esta noticia. En este enlace, tienes el texto completo: https://www.iglesiaenaragon.com/homilia-del-arzobispo-carlos-en-su-toma-de-posesion

"Vuelvo a la que ha sido mi casa durante muchos años". Asi se ha referido Don Carlos a su regreso a Zaragoza donde fue párroco del Sagrado Corazón y en Santa Engracia. Muy agradecido por aquella etapa en la que inicio su vida sacerdotal al igual que por su paso por la diocesis de Teruel y Albarracin, ahora asegura sentirse un "privilegiado" por poder iniciar su ministerio en Zaragoza de la mano de la Virgen del Pilar.

Monseñor Escribano vuelve a la capital aragonesa en un momento muy difícil. Una situación de crisis que no ha querido pasar por alto en sus primeras palabras con un recuerdo muy emotivo a quienes han fallecido, a sus familias, a los enfermos y a todos los que están sufriendo y siguen luchando contra el coronavirus. A todos ellos y a los colectivos mas vulnerables de la sociedad, les ha mandado un mensaje de esperanza. "Os necesito a todos y me pongo a vuestro servicio" ha asegurado Don Carlos que ha tendido la mano a las instituciones para construir "una sociedad más justa".

Celebración que se ha llevado a cabo ajustándose en todo momento a las medidas de seguridad y al aforo correspondiente a los lugares de culto en ‘nivel de alerta 3 agravado’. Tan sólo ha habido disponibles unas 300 plazas por lo que para facilitar el seguimiento de la celebración, las cámaras de TRECE Televisión han retransmitido el acto en directo.

Debido a la situación en la que nos encontramos y para evitar posibles contagios, no ha estado permitido el canto de quienes han participado en esta solemne acción litúrgica. Los pocos cantos que ha habido en esta celebración han sido interpretados por tres solistas, observando estrictas medidas de prevención sanitaria.

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Los asistentes han permanecido en todo momento en el lugar que se les ha asignado, evitando el contacto interpersonal y la formación de grupos en el interior y el exterior del templo. Ha sido obligatorio el uso en todo momento de la mascarilla y ha habido gel hidroalcohólico a disposición de los asistentes.

El gesto de la paz se ha realizado con una ligera inclinación de cabeza y para distribuir la comunión, ha habido sacerdotes al pie del presbiterio y en las naves laterales a los que se han acercado quienes han deseado comulgar, guardando la distancia de un metro y medio.

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