Rosa Galán Fernández contará desde este sábado con una calle a su nombre en Castrillón, su municipio natal. Ella misma, a sus 93 años, será la encargada de descubrir la placa. Lo habían solicitado sus convecinos con casi 4000 firmas, como agradecimiento a su labor de comadrona y enfermera. Labor que realizó desde la década de los 50 y a lo largo de casi medio siglo. Sus manos han traído al mundo a cientos de ellos. La historia de Rosita, como se la conoce familiarmente, no es corriente en absoluto.

Ella misma nos ha contado las muchas peripecias que tuvo que realizar para atender a sus pacientes. Las comunicaciones no eran buenas, así que llegar a muchos puntos del municipio se hacía a pie, a burro, en bicicleta o en moto (ella misma se compró una a plazos, pagándola como buenamente podía).

Los partos tenían lugar sobre los carros del país, incluso bajo ellos, porque a veces no había ni siquiera una cama decente donde acomodar a la parturienta y el instrumental quirúrgico se desinfectaba hirviéndolo en una olla al fuego.

Una vida entera dedicada a los demás.

María Rosa Galán tendrá este sábado su más que merecida calle en Castrillón.