Este domingo, 12 de febrero, tiene lugar la campaña contra el hambre que, cada año, pone en marcha Manos Unidas. La la imagen elegida para este año muestra unas manos en blanco y negro: fuertes, que transmiten ternura y nos invitan, al mismo tiempo, a tender las nuestras a nuestros hermanos más vulnerables y descartados. La ONG de desarrollo de la Iglesia Católica y de voluntarios quiere que la sociedad una sus manos para terminar con la desigualdad y el hambre.

Y es que, para hacer frente a la desigualdad, todas las manos suman, todas cuentan y todas son necesarias y pueden ayudar a acabar con esta lacra.

Con el lema y la imagen de esta Campaña («Frenar la desigualdad está en tus manos»), se pretende hacer un llamamiento a la sociedad para luchar por la dignidad y promover un mundo donde todos valgamos lo mismo y nadie se quede atrás.

Porque el combate contra la desigualdad solo es posible desde la convicción de que el futuro de las desigualdades no es cosa de otros, sino que depende de cada uno de nosotros, y está en nuestras manos.

El sacerdote Crispín Kobeya, natural de la República Democrática del Congo, nos cuenta en Herrera en COPE Asturias la labor que Manos Unidas está llevando a cabo en su país de origen.

El sacerdote congoleño conoce la labor de Manos Unidas desde el año 2006. En aquel momento, el ahora párroco de doce parroquias a las afueras de Cangas del Narcea, trabajaba con Misioneras Claretianas y la ONG les ayudo a construir un colegio en el Congo. Desde que llego a Asturias su labor es más intensa.

“Manos Unidas aporta mucho a la gente que sufre, ruda mucho a países que están abandonados. Tenemos que seguir luchando contra el hambre y las desigualdades.

Para este sacerdote congoleño, afincado hace años en el Principado, la educación de los jóvenes de los países más desfavorecidos es fundamental. “Cuando uno está instruido es capaz de defender sus derechos, de frenar las desigualdades y la opresión”

Este domingo, 12 de febrero, las parroquias de Asturias habrá una colecta para la lucha contra el hambre. También se pueden hacer donaciones en la página web de Manos Unidas.

Manos Unidas recuerda que las cifras de la pobreza y el hambre han aumentado. Más de 811 millones de personas pasan hambre en nuestro mundo, y entre 5 y 11 personas mueren por minuto. En el Sur, el grupo humano más pobre y hambriento es el de las mujeres, porque el hambre tiene, también, rostro de mujer.

También destacan que, como organización de cooperación católica, deben procurar que desaparezca la desigualdad de nuestro mundo. Así, la lucha contra el hambre y la pobreza podrá ser efectiva y se podrá empujar, junto a otros, hacia un mundo justo, inclusivo, sostenible y en paz.

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