Francisco García-Bernardo, profesor de escuela, es el creador y coordinador de Clowntigo. Este grupo de payasos, más conocidos como Payasos de Hospital, han sido reconocidos por la Asociación de Artes Escénicas (EscenAsturias) con el premio Oh! de Honor de Teatro por la labor que desarrollan en centros sanitarios, residencias de mayores y colegios.

La idea de convertirse en profesionales de la risa surgió hace 15 años. "Todo nació del amor que le tengo a la figura de payaso, pero el cine influyó en que nos adentráramos en el camino hospitalario. La película de 'Patch Adams' fue decisiva para tomar esta decisión”, ha recordado, en COPE, Fran.

El grupo, que fue primero una asociación sin ánimo de lucro, ha ido creciendo. En la actualidad, son 18 payasos y payasas, aunqe solo unos pocos son artistas profesionales que intentan ganarse la vida en este terreno. Eso sí, todos son voluntarios para hacer las visitas a los niños enfermos.

La formación de los payasos de hospital

La troupe tiene una preparación continua a lo largo del año, no solo para reforzarse en diferentes disciplinas, sino también para ponerlas en práctica de la mejor manera posible. Estos artistas disponen de un local donde ensayan cada jueves por la tarde. “Hay mucho trabajo detrás del grupo, aquí no vale cualquier cosa, la formación es muy importante”, confirma el coordinador.

Cada viernes por la mañana, el área de Pediatría del Hospital Universitario Central de Asturias se llena de globos, pompas y cariño, elementos indispensables para reconfortar a niños. Los payasos de hospital entran en la sala con sutileza... porque la situación es delicada: “Los nervios están a flor de piel y las familias que acompañan a los pequeños, en la UCI, están pasando momentos muy difíciles", relata.

Pero en esos momentos duros e inciertos, los payasos ponen una nota de color, alegría y música. En muchas ocasiones, Tirita, Pachucho, Gominolo o Tropezones tienen que entretener a los pequeños tras los cristales.

Un paso más: "Convivir con el dolor"

La UCI pediátrica es un espacio que comenzaron a transitar con el paso tiempo. Fran ha contado que "empezamos en las plantas y aquello era más agradable, más fácil; luego, poco a poco, fuimos cogiendo seguridad y confianza para atrevernos a entrar en un espacio tan sensible".

Para Fran, ser payaso es mucho más que ponerse una nariz roja, un vestuario y presentarte en el hospital: "Hay que estar muy preparado a nivel psicológico, tener serenidad, poner tu mejor cara y la cabeza ha de estar muy amueblada y saber encajar todo el dolor con el que convives".

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Clowntigo ayuda también a subir en animo a familiares y personal sanitario, estos últimos ya se han convertido en cómplices de su trabajo y colaboran activamente en sus iniciativas. Visitan, además, a pacientes adultos del Hospital de la Cruz Roja de Gijón, a mayores del centro del ERA Naranco y han implentado un espectáculo sensorial a través del clown para centros de educación especial de Asturias.