La tosferina ha regresado a Asturias con varios casos confirmados y otros tantos sospechosos. Es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria 'bordetella pertusis', que es muy contagiosa por vía respiratoria y supone un grave riesgo para la vida de los lactantes si no están vacunados. La infección puede ser grave en los casos de lactantes no vacunados, personas inmunodeprimidas y mujeres embarazadas. De ahí, que el calendario de vacunación del Principado contemple la inmunización de los bebés y también de las mujeres embarazadas. A los adolescentes se les administra una dosis de recuerdo a los trece años. La tasa de cobertura de la vacuna contra esa enfermedad se sitúa en el 98 por ciento.

Síntomas

La tos convulsiva es su principal seña de identidad. Los síntomas se desarrollan en dos fases. La primera suele durar una o dos semanas y puede confundirse fácilmente con un catarro u otras infecciones respiratorias, ya que causa congestión nasal, fiebre baja y tos leve ocasional.

A partir de la segunda semana es cuando pueden aparecer los síntomas más graves, especialmente ataques de tos rápidos, violentos e incontrolables.

Vacunas

La protección de las vacunas dura entre cuatro y cinco años, según ha explicado en COPE Francisco Álvarez, pediatra en Llanera y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. De ahí, que cada lustro se repitan los brotes que ahora afectan a toda España. Este experto advierte, además, de que la profilaxis no elimina de la garganta la bacteria que provoca la tosferina y "en cuanto puedo, sale adelante" y provoca nuevos contagios.

¿Qué hacer ante la tosferina?

En caso de contacto con una persona contagiada por la bacteria, es recomendable acudir al médico para que suministre el antibiótico necesario y revisar, de paso, el calendario de vacunación de las personas afectadas.

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La tosferina puede afectar a personas de cualquier edad, aunque son los lactantes no vacunados los que pueden sufrir más complicaciones. Francisco Álvarez ha recordado en COPE que en el año 2015 provocó la muerte de nueve bebés. En el resto de edades, "es lo más parecido a un catarro de quince días". Aunque podría dar complicaciones, "no es lo normal".