Hasta el 15 de febrero, más de 11.700 migrantes habían sido rescatados en la ruta canaria de la inmigración a bordo de 176 embarcaciones en lo que llevamos de año. Una cifra que representa un incremento superior al 630 % respecto al mismo periodo de tiempo de 2023. La mayor parte de estas personas han partido desde Mauritania, pero también desde Senegal, donde se teme que la inestabilidad política que vive el país reactive la ruta más activa durante 2023, el año en el que han llegado más migrantes a nuestra comunidad en toda la historia.

Es un testimonio que nos dejaba Jordi Balsells, responsable de formación de la pastoral de migraciones en Senegal. En Herrera en COPE Canarias aseguraba que la inestabilidad no solo es política, sino también social, con unos jóvenes preocupados por su futuro y la falta de oportunidades que encuentran en su propio país. Personas que, como nos contaba, “se quedan sin esperanza”.

Sobre el terreno, la pastoral atiende tanto a los que se van, como a los que se queda e incluso a los que vuelven. Para ello dan información sobre los riesgos a los que se enfrentan quienes encaminan sus pasos hacia las rutas de la inmigración irregular, ya sea por el este hacia Libia, o hacia el oeste, por la ruta canaria.

Balsells destacaba también el sufrimiento para los que se quedan, las familias de estas personas, madres, hermanos, que ven “como su pariente parte y no saben nada de ellos, pueden ver que ha muerto o desaparecido durante mes o años, les crea un sufrimiento constante”.

Cree que el soporte institucional es clave para mejorar la situación de estos países, no solamente con el aporte de dinero, como recientemente ha ocurrido con Mauritania, sino también con el trabajo a pie de calle de las instituciones que se encuentran el país y que requieren de ese dinero para seguir funcionando.

Su trabajo sobre el terreno

Su actividad en el país se centra en dar oportunidades de formación a los jóvenes, para que no tengan la necesidad de emigrar, a través de un programa de emprendimiento. Algo totalmente necesario en una economía en la que más de la mitad de las personas que trabajan lo hacen mediante el autoempleo. “Trabajo hay poco”, dice Balsells, que asegura que cada uno se crea su propio empleo, en la que considera que es una sociedad muy emprendedora.

Los jóvenes de Senegal también les trasladan sus expectativas sobre su futuro y el de su país. Y lanzan una crítica al papel que juegan sobre el terreno los países occidentales o Europa, a los que acusan de esquilmar los recursos del país. Senegal es rico en recursos, tiene oro, gas, petróleo, fosfatos, pesca, pero están enfadados, porque su beneficio no se queda en el país, ejemplificando esto con los acuerdos pesqueros que se llevan la cosecha a países extranjeros.