La Policía Local de Santander utilizará pistolas Taser en breve. El Ayuntamiento de la capital se une así a los ayuntamientos de Los Corrales de Buelna, municipio pionero en la región, y Santa María de Cayón que ya las utilizan desde hace un tiempo.

La capital cántabra aún no ha recibido las pistolas, ya que, se está tramitando el curso que tiene que impartir una empresa especializada para llevarlo a cabo. Algo obligatorio, según ha contado en COPE Ibón Domínguez, portavoz de JUPOL.

En España, el uso de este tipo de arma es muy garantista, señala el portavoz de JUPOL. “Cada agente que porta una Taser lleva una cámara de vídeo que se activa cuando se utiliza y graba toda la intervención”. Es una manera de registrar el motivo y la forma de uso por si hubiera algún tipo de complicación.

Se trata más que de un arma, de una herramienta de trabajo más que nunca sustituye a la pistola convencional. “Esto es algo que tiene que quedar claro, ya que cuando un agente está en una situación en la que teme por su vida o por la de una tercera persona, la Taser no puede sustituir a la pistola”.

El mecanismo de la Taser es muy sencillo. Se trata de un arma que dispara dos electrodos que se clavan levemente en la piel de la persona y le aplican una descarga que puede llegar hasta los 400 voltios. El delincuente queda paralizado unos segundos y esto permite actuar a los policías. Por lo general, no ponen en riesgo la vida de las personas y su uso está recomendado en situaciones en las que los agentes se enfrentan a individuos violentos.

“Su uso viene muy bien cuando nos enfrentamos, por ejemplo, a personas que han consumido alcohol y drogas mostrando una actitud extremadamente violenta a quienes no podemos reducir de manera tradicional”.