En el mundo el número de niños y niñas que viven en situación de pobreza se ha disparado a 1.200 millones. En España, actualmente el segundo país de la Unión Europea con mayor tasa de pobreza infantil tras Rumania, hay 2.6 millones de niños, niñas y adolescentes que viven en hogares en riesgo de pobreza o exclusión social. En Cantabria 23.251 niños y niñas, el 25,9% de las personas mayores de 18 años, viven en riesgo de pobreza o exclusión y en riesgo de pobreza monetaria el 24,4%, más de 21.900 niños y niñas.

Unas cifras que llaman mucho la atención y que ponen el foco en la necesidad de poner medidas en marcha, así como poner en el centro de la opinión este gran problema. El dato de pobreza infantil en Cantabria, supone que cuatro de cada diez niños y niñas están en riesgo de pobreza o exclusión. "Ser un niño en riesgo no quiere decir que pase hambre, pero si puede tener más probabilidades de tener una dieta menos equilibrada y estar peor alimentado", asegura María Blanco, técnico de UNICEF Cantabria, quien también afirma que" Tiene garantizado su derecho a la educación, pero puede tener dificultades para gastos derivados de esa educación y, por tanto, abandonar los estudios de forma temprana".

Las causas del incremento hay que analizarlas en profundidad, pero la situación de multicrisis en la que estamos inmersos a nivel mundial, derivado de los efectos de la pandemia, del Covid, el incremento de los precios y la reducción de los ingresos, tiene mucho que ver. "Nosotros trabajamos principalmente con quienes tienen la capacidad de decidir estrategias, medidas y políticas, tanto a nivel de Gobierno, como en el Parlamento. Sobre todo para situar en el centro de la acción política, los derechos de la infancia, con el objetivo de abordar estas situaciones y que mejore el enfoque de esas medidas que hay que tomar", afirma Marina Blanco.

Por eso, desde UNICEF lo que solicitan son compromisos reales para promover las siguientes acciones que favorezcan el cumplimiento de sus derechos: Promover una mayor y más eficiente inversión en la infancia; Avanzar en la mejora de las acciones coordinadas, tanto para el diseño, como la implementación y evaluación, de las políticas y programas dirigidos a la infancia y escuchar las preocupaciones y necesidades de niños, niñas y adolescentes, y contemplarlas de una manera transversal en la acción política, promoviendo su participación para diseñar junto con ellos las estrategias para la recuperación de esta crisis.

Hace 34 años que se aprobó en la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Convención sobre los Derechos del Niño.