La conocida tienda de cerámica Ánfora de Albacete anunció recientemente el cierre de sus puertas después de treinta y siete años de servicio ininterrumpido. El adiós, programado para el 30 de diciembre, marca el fin de una era en la que Ánfora se convirtió en mucho más que una tienda; se transformó en un punto de encuentro, un lugar donde los clientes se convertían en amigos y donde la cerámica artesanal adquiría un significado único.

Con nostalgia y agradecimiento, nos recibe Mari Carmen, dueña de Ánfora quien expresa su profunda apreciación hacia todos aquellos que formaron parte de su historia. "Después de treinta y siete años al pie del cañón -o en nuestro caso al pie del mostrador- ayudando a todos a encontrar lo que necesitaban, lo que buscaban, lo que les gustaba, tenemos que cerrar y despedirnos de nuestros clientes, de nuestros proveedores y de todos los que nos han conocido y se han ido convirtiendo en nuestros amigos", explica.

Mari Carmen: "La despedida se hace difícil"

La despedida se hace difícil, y las palabras parecen insuficientes para expresar todo lo que Ánfora ha experimentado a lo largo de los años. "Hay muchas cosas que nos gustaría decir, aunque es difícil encontrar las palabras. Por eso, sobre todas las cosas, queremos daros las gracias por todo lo que hemos vivido estos años juntos, por vuestro cariño y por vuestra confianza", manifiesta.

Mari Carmen reconoce que ha sido una privilegiada durante estos años por haber compartido la vida con sus clientes desde la tienda e incluso nos confiesa recordar todas y cada una de las piezas vendidas e incluso a quienes llegaron esas piezas. Durante décadas, han sido testigos y participantes en innumerables momentos compartidos con aquellos que atravesaron sus puertas. "Nos hemos dado cuenta de que somos unos privilegiados al haber podido compartir la vida con nuestros clientes desde nuestra tienda, ayudando en todo lo posible a todo el que pasaba por nuestra puerta y entraba un ratito", expresa con gratitud.

Clientes en los que se incluyen al mismísimo José Bono

“Recuerdo con muchísimo cariño cuando vino el señor Bono a la tienda, y estaba yo con un brazo escayolado y fue el mismo quien se sirvió. Se llevó una fuente. Fue muy agradable y me choco mucho la familiaridad que tuvo en ese momento. Ha venido gente muy importante a nuestra tienda”, expresa con una sonrisa.

Aprovechando el cierre, Ánfora invita a sus clientes a adornar sus hogares con piezas únicas de cerámica artesanal y dar un toque especial a esta Navidad. La liquidación por cierre de negocio ofrece la oportunidad de adquirir obras de arte hechas a mano a precios increíbles.

Con el cierre de Ánfora, se despide una etapa llena de recuerdos y experiencias compartidas.