Más que una explotación ganadera, parecía un cementerio animal. Cuando los agentes del Seprona de la Guardia Civil de Guadalajara acudieron a una finca ubicada en el término municipal de Uceda, tras recibir una denuncia por abandono animal, se encontraron con multitud de restos y cadáveres de cabezas de ganado ovino, caprino y porcino.

En coordinación con los veterinarios del Servicio de Ganadería de la Delegación Provincial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Guadalajara, inspeccionaron la explotación y constataron que la muerte de esos animales se debía a no haber recibido ningún tipo de atención ni cuidado durante meses.

"Ni les daba de comer ni les daba agua", ha señalado Luis Fernando Solanas, Teniente Jefe del Servicio del Seprona de Guadalajara, explicando que, aunque el motivo inicial para entrar en la finca era "adoptar las medidas oportunas para gestionar el ganado que estaba dentro de la explotación", cuál fue su desagradable sorpresa al encontrarse durante la inspección "muchos cadáveres de animales, que iban desde ovejas enterradas entre la paja, cadáveres de corderos y restos óseos de numerosos cadáveres".

Los agentes, además, identificaron a bastantes animales que no habían pasado los controles veterinarios obligatorios, suponiendo una gran amenaza sanitaria por ser posible foco de contagio de enfermedades animales.

De hecho, aunque la mayoría de los supervivientes serán reubicados bajo control veterinario, algunos de ellos tendrán que ser sacrificados por el riesgo sanitario que constituye su actual situación.

Por todos estos hecho, el propietario de la explotación ganadera está siendo investigado por presunto delito de maltrato animal.