La Federación de Asociaciones para el Desarrollo Territorial del Tajo-Tajuña, FADETA, va a llevar a cabo un estudio para conocer la idoneidad de implantar 'filtros verdes' que permitan que los 41 municipios y 36 pedanías que la integran puedan devolver limpia al río el agua utilizada a través de un sistema biológicamente natural y sostenible.

El proyecto, cuyo objetivo es preservar los cauces próximos a dichas poblaciones y la mejora de las condiciones medioambientales del territorio, se llevará a cabo con la colaboración de actores locales, como los Ayuntamientos de la comarca, los organismos competentes en materia de agua y la ciudadanía en general.

"Estamos planteando que se haga un estudio para ver qué soluciones hay y una de las soluciones que parece que puede haber es la instalación de puntos de depuraciones verdes en el medio rural", señala el presidente de FADETA, Jesús Ortega, explicando que el nombre de "filtros verdes" se debe a que se trata de "plantas pequeñitas que puedan absorber esa contaminación que puedan tener las aguas".

En este sentido, Ortega ha aclarado que la acción depuradora de este sistema vegetal se llevaría a cabo"después de una depuración por decantación", consiguiéndose que "esa agua contaminada, agua residual de nuestros municipios, se vierta ya bastante purificada, bastante filtrada", aunque eso no signifique "que se pueda utilizar en ese momento, sino que esas plantas absorberían la contaminación en el terreno y no se contaminarían las aguas limpias de nuestros ríos".

Lo que sí es cierto es que este sistema de tratamiento natural permitiría a la comarca del Tajo-Tajuña cumplir con la obligación de filtrar y limpiar sus aguas residuales antes de verterlas a los ríos sin que ello suponga la costosa construcción de depuradoras con altos costes de mantenimiento añadidos.

"El hacer depuradoras en nuestros municipios es imposible, tanto económicamente como de instalación y de mantenimiento", asegura el presidente de FADETA, subrayando que es urgente encontrar "una solución que sea viable y económicamente rentable para todos, porque nuestra obligación es no contaminar", sobre todo teniendo en cuenta que el no hacerlo está suponiendo "una sanción permanente de la Confederación Hidrográfica del Tajo a nuestros ayuntamientos".

De este modo, el proyecto, que cuenta con un presupuesto de aproximadamente 8.000 euros, ya está adjudicado a una empresa, que será la que determine "qué es lo que se puede hacer y cumpla con unos requisitos de que el agua que se depure sea al final agua depurada de verdad y que las administraciones, en este caso la Confederación, no sancione e imponga multas a los ayuntamientos porque no depuran el agua, y que cumpla con la normativa europea de que el agua que se vierta sea agua depurada", ha concluido Jesús Ortega, a la espera de que las conclusiones lleguen en un máximo de 5 meses.