Cuenta la leyenda que lo único que le hizo falta a la Infanta Elima para convertirse al Cristianismo fue encontrarse con la talla de la Virgen de la Peña en la gruta sobre la que hoy se asienta la Iglesia del mismo nombre.

Ya conversa, la hija del rey Al-Mamún decide hacer una procesión con la imagen hasta la ermita de Santa Ana. El sol se estaba poniendo y el único problema que se encontraron fue la falta de luz. Por ello, llegaron a un acuerdo con un comerciante judío de la villa de Brihuega, de esta manera solo le pagarían al comerciante por la cera que se consumiese durante el camino.

De este modo, antes de salir pesaron la cera y al concluir la procesión, ya al día siguiente, repitieron el proceso. La sorpresa fue absoluta: el peso de la cera no había bajado un solo gramo, por lo que no tuvieron que pagarle nada al comerciante. “Ese es uno de los primeros milagros que se le adjudica a la Virgen de la Peña”, cuenta a COPE el actual alcalde de Brihuega, Luis Viejo.

Fue con él en la alcaldía, pero ya en la anterior legislatura, cuando comenzó el proceso de elevar la procesión a la categoría de Fiesta de Interés Turístico Regional.

“Este reconocimiento lo vamos a encajar dentro del 50 aniversario de la declaración de Brihuega como Conjunto Histórico Artístico tendremos una exposición y en ella también estará presente la procesión de la Recogida de la Cera”.

La procesión se celebra cada 14 de agosto y este año será mucho más especial. “Lo más importante es que la declaración de Fiesta de Interes turístico Regional, de alguna manera es una garantía para salvaguardar y custodiar esta tradición para que permanezca inalterada en el tiempo”.

De esta forma, la procesión de la virgen de la Cera seguirá su curso, cada año, como se celebró ya en el siglo X y como se sigue celebrando, este año especialmente, en 2023.