Cada tarde al caer el sol, llueva, nieve o haga calor, la Moza de Animas, recorre las calles de la localidad salmantina de La Alberca haciendo sonar su esquila en cada esquina.

María Luz es una mujer albercana, que mantiene viva esta tradición por amor a su pueblo y su idiosincrasia. No concibe de otro modo la vida, que como la ha aprendido de sus ancestros.

En recuerdo a los difuntos

Fiel al rito de pedir cada tarde entre dos luces, una oración por los difuntos, trata de llamar la atención tocando la esquila en la confluencia de cada calle empedrada que rezuma belleza y a la vez magia, de uno los pueblos más bonitos de España.

Confiesa ante la llamada de COPE Salamanca, que "aunque en su familia no había Mozas de Animas que la precedieran y ni las más viejas del lugar alcanzan a recordar de cuando data la tradición, pero ella seguirá haciéndolo mientras pueda". Por supuesto dice, sale acompañada de su hija, "Para que esto no se pierda". Porque: "Los difuntos encuentran paz en el otro mundo y tanto nosotras como nuestras familias estamos protegidas".

María Luz, como todas las mujeres de La Alberca, sólo saben que del mismo modo que La Moza salió durante la pandemia, pasarán los años y no habrá quien se atreva a privar de esta seña de identidad, a la gente de la sierra.