12.717. Esa es la cantidad de personas a las que ayudó Cáritas Diocesana de Zamora de una u otra forma en la provincia de Zamora durante el año 2023. Casi doscientas más que el año anterior. Y lo hizo a través de más de una docena de áreas divididas en todas las necesidades que puede tener la población más vulnerable.

Para atender a esas casi 13.000 personas, Cáritas Diocesana de Zamora contó durante el pasado año con 315 trabajadores y casi 800 voluntarios, que exprimen al céntimo los 12 millones y medio de euros que manejaron de presupuesto durante el curso pasado.

Antonio Jesús Martín de Lera, delegado diocesano de Cáritas Zamora, explica ese trabajo de Cáritas y cómo se percibe entre la sociedad zamorana: “Cáritas goza de una aceptación social en general que valoran el trabajo que hace en beneficio de todas las personas que se encuentran en situación vulnerable. Y lo valoran porque Cáritas lo hace con calidad y calidez, porque si algo nos caracteriza es la cercanía”.

Dentro de las 12.717 personas atendidas, la mayoría pertenecen al área de atención comunitaria y acogida, con más de 6.500 personas. En muchos de los casos los problemas se cronifican y personas que años atrás pedían una pequeña ayuda, ahora necesitan de más servicios que ofrece Cáritas Diocesana de Zamora.

Además, según confirmaba Martín de Lera, el número de inmigrantes aumenta, llegando la mayoría procedentes de Hispanoamérica. A nivel de presupuesto, de los 12,5 millones de euros, más de la mitad, 7 y medio, se destinan a los centros residenciales de mayores repartidos en varios puntos de la provincia que gestiona la propia Cáritas.

Por último, un tema que preocupa y mucho dentro de Cáritas es la salud mental. De un tiempo a esta parte, son muchas las personas atendidas que sufren este tipo de problemas como reconoce el propio Martín de Lera: “Cada vez más aparece como uno de los problemas claves y como una de las causas que lleva a la exclusión a mucha gente. Es un tema delicado pero lo estamos percibiendo en todos los colectivos”.

En definitiva, un trabajo constante, de calidad y calidez, como decía el delegado diocesano de Cáritas Zamora, y muy bien valorado entre la población.