Lo cierto es que las cuentas del Ayuntamiento de Tarragona tienen un agujero de 14 millones de euros. Una situación complicada que se ha encontrado el nuevo gobierno municipal, que preside el socialista Rubén Viñuales.

¿Cómo se ha llegado a esta situación?

Desde el PP dicen que es una bola que se ha ido haciendo grande a lo largo de diferentes mandatos, que es estructural, y que nadie ha sabido o no ha querido ponerle freno porque podía implicar medidas impopulares.

Y a todo esto hay que añadir, según el alcalde, el incremento del IPC, del precio de la energía, de los intereses, o la subida del 3% del salario de los funcionarios.

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¿Qué se piensa hacer?

La propuesta más importante, que parece que va a moderar el alcalde por las protestas de la oposición, es un aumento del 20% del IBI que implicaría recaudar en 2024 diez millones de euros adicionales.

Tarragona es la tercera ciudad con este impuesto más alto de España. Decimos que es la más relevante, porque puede afectar de lleno al bolsillo de los ciudadanos. Pero también se plantea reducir sueldos a cargos, consejeros, gerentes; eliminar también alguna gerencia, entes públicos, o desprenderse hasta de las acciones que el consistorio tiene del equipo de fútbol de la ciudad, del Nàstic de Tarragona.