Una nueva instrucción técnica del ministerio de Industria para reforzar la seguridad de los ascensores de toda España, que entrará en vigor el 1 de julio, obligará a revisar tres de cada cuatro de los que actualmente están instalados en Cataluña.

Normativa afecta tanto a los ascensores de edificios públicos como privados y entre los requisitos que tendrán que cumplir los elevadores, según la instrucción, figuran el control de peso, la detección de personas para evitar que las puertas se cierren y las atrapen, la correcta detección en cada rellano para evitar entrepuestas, así como disponer de un sistema que permita llamar desde la cabina al servicio técnico.

En principio, los ascensores instalados en los últimos 10 años incorporarían ya los nuevos requisitos.

El Vicepresidente del Gremio Empresarial de Ascensores de Cataluña, Jordi Serrats, dice los plazos para realizar las adaptaciones son de uno, tres o diez años, en función de las modificaciones que sean necesarias.

Precisa que empezarán a contar a partir del momento en que se efectúen las inspecciones técnicas obligatorias de los elevadores, que deben efectuarse cada cuatro años.

Por este motivo, recomienda a las comunidades de propietarios que empiecen ya a reservar presupuesto a tal fin. Además, anuncia que cuando se constituya el nuevo Govern pedirán a la Agencia de Vivienda de Catalunya que cree una línea de ayudas para estas actuaciones.

Y es que, según las modificaciones que deban ejecutarse a los elevadores, las comunidades de vecinos pueden tener que afrontar derramas de entre 500 y 40.000 euros.

Según el Gremio Empresarial de Ascensores de Catalunya, afectará entre un 75 y un 80% de los ascensores que existen actualmente en Catalunya. Esto, a grandes rasgos, supone que 150.000 ascensores tendrán que revisarse.

Esta reforma afectará a tres de cada cuatro aparatos de Catalunya y se ejecutará para adaptarse a la nueva normativa de seguridad.

De hecho, Sarrats asegura que "no habrá excepciones", como mucho en algunos casos muy concretos de ascensores que tengan un valor patrimonial, como por ejemplo los que suelen verse en el Eixample de Barcelona.

Y la reforma de todo el conjunto de ascensores del país, según Sarrats, podrá alargarse entre ocho y diez años.