Nunca dejará de asombrarnos lo que somos capaces de averiguar, acerca de nuestro pasado, gracias a los proyectos arqueológicos. En El Boalo, el de El Rebollar -que celebra su séptima campaña de excavaciones este mes de abril- sigue deparando sorpresas.

Está finalizando la tercera semana de trabajos en el yacimiento, en el que a lo largo de los últimos años se ha encontrado una iglesia de la época visigoda, así como algunosenterramientos y edificios anexos.

Ahora los participantes en la excavación, capitaneados por el profesor de la Universidad Autónoma Javier Salido y la arqueóloga Charo Gómez Osuna, del Equipo A de Arqueología, han hecho un hallazgo que no esperaban: numerosas tumbas en un espacio en el que el georradar no había detectado nada.

¿Esto que significa? Pues, de momento, que abre nuevas incógnitas sobre cómo era la vida de los antiguos habitantes de El Boalo.

El equipo de excavaciones estaba trabajando en la zona donde se van a construir el Centro de Interpretación del Yacimiento y la pasarela que facilitará la visita a la iglesia visigoda y el resto de construcciones halladas en El Rebollar. Y la sorpresa ha sido mayúscula. Se han desvelado ya 18 enterramientos que, por sus características, serían del siglo VII.

Un hallazgo extraordinario que nos habla del mundo simbólico y cotidiano de los visigodos. "La información que nos están aportando estos hallazgos es fundamental porque nos están indicando que el cerrillo de El Rebollar estaba densamente ocupado por una necrópolis magnífica, que se aprovecha cada uno de los espacios para ir disponiendo las tumbas según la gente iba falleciendo. Esto nos habla de un mundo simbólico y ritual, pero al mismo tiempo nos habla de la vida cotidiana, porque estamos encontrando este año materiales, por ejemplo, un fragmento de plomo, cerámica y tejas", ha contado a COPE de la SIERRA Javier Salido.

Han encontrado dos tipos de tumbas: de cista, oquedades en el suelo revestidas con piedras, y sarcófagos, excavados en el granito. Hay enterramientos de adultos, juveniles y hasta uno doble. Ahora serán los antropólogos quienes nos cuenten quiénes eran, cómo se alimentaban… "Se investiga no solamente sobre la edad y sexo, que eso se hace a partir de mediciones, sino también a través de unos análisis más meticulosos, por ejemplo, el de isótopos, que te permite saber qué es lo que comían. Pueden determinar posibles enfermedades... es una información que nos detalla muy bien cómo era la sociedad del siglo VII", añade Salido.

La campaña de excavaciones finaliza el 26 de abril, y el día 28 se va a celebrar una Jornada de Puertas Abiertas en El Rebollar para dar a conocer los hallazgos. Pero a los arqueólogos les quedan después muchos meses de laboratorio para analizar, clasificar y estudiar todo lo que han encontrado en estas semanas.