Algo está cambiando en el Hércules. La obsesión de Carmelo del Pozo, futuro director deportivo blanquiazul, va más allá del primer equipo. Ha retrasado al máximo la firma de su contrato para tratar de convencer a los dueños de que sin una estructura de club sólida la consecución de objetivos será imposible. El segoviano está cambiando poco a poco la mentalidad de Ortiz y Ramírez, aunque todavía queda mucho trabajo en este sentido.

Para empezar, Ortiz ha accedido a reacondicionar el viejo campo de entrenamiento de Fontcalent, abandonado desde 2017, con el fin de que el equipo vuelva a tener un lugar en el que ejercitarse sin necesidad de abusar del Rico Pérez ni sufrir lesiones en el estadio de atletismo.

No obstante, y aunque las tareas de rehabilitación comenzarán de inmediato, la pretemporada se tendrá que desarrollar íntegramente en el estadio ante la imposibilidad de tenerlo en condiciones dentro de un mes. El Hércules decidió abandonar Fontcalent para ahorrar algo más de 60.000 euros anuales, dada su precaria situación económica en Segunda División B. Después de la experiencia del pasado verano, donde muchos jugadores cayeron lesionados y se perdieron las primeras jornadas de Liga, Carmelo del Pozo ha conseguido que la entidad vaya recuperando algunos detalles que ayuden a mejorar el rendimiento de los futbolistas.