Así, y debido a la falta de una excepcionalidad solicitada al Gobierno central debido a la situación del azulejo respecto a la cláusula de morosidad, se ha hecho imposible sacar adelante los 50 millones de ayudas directas, por lo que se ese dinero se sumará a los 50 destinados a préstamos, y de ellos, la máxima parte que permite la ley se destinará en ayudas directas.

Esta solución insuficiente pero la máxima permitida ha sido la anunciada tras la reunión de la Mesa de la Cerámica, entre representantes de la Generalitat y miembros de las patronales ASCER y ANFFECC.

Entre las cuestiones que podrá asumir el gobierno autonómico, está la opción de hacer frente a los intereses variables a partir del 3 por ciento. En todo caso, y según ha apuntado Puig, la ayuda directa se calcula en bajo porcentaje: “de un préstamo de 5 millones, unos 700.000 serían de ayuda directa”.

Estos créditos se activarán de forma directa de manera que se pueda destinar cuanto antes a las empresas, y de cara a facilitar su aportación, se realizarán reuniones informativas a las empresas interesadas.

Ante ello, Puig ha apuntado que “somos conscientes que no es la solución definitiva, pero hay que buscar todas las medidas de apoyo al sector”. Junto a ello, el president apunta a seguir insistiendo en la excepcionalidad para poder otorgar las ayudas directas y también premura en las estatales.

Un hecho en el que ha coincidido el presidente de ASCER, Vicente Nomdedeu, que ha apuntado a la importancia de recuperar el terreno perdido y a intentar contrarrestar los factores externos que están mermando la competitividad del sector y la pérdida de clientes en beneficio de la competencia tanto europea como internacional, que sí se benefician de otro tipo de medidas.