El regadío de Tierra de Barros es una prioridad para el Gobierno de Extremadura y será una realidad. Si no es posible su ejecución con fondos europeos, habrá que rehacer el proyecto y buscar la financiación donde sea. Lo ha dicho la consejera de Agricultura, Mercedes Morán, ante la petición realizada por los comuneros, que piden que la Junta acometa la obra. La consejera Morán ha criticado al Gobierno central, del que dice que no tiene interés en sacar adelante el proyecto.

Declarado de interés general en 2020, aunque sin partida económica en los presupuestos del Estado, no cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea, que pone en duda su viabilidad. Con la DIA regional aprobada, Europa pide que se incluya en el Plan Hidrológico del Guadiana, que depende de Confederación Hidrográfica. En el plan aparece la reserva de agua para el regadío y se apunta, incluso, desde la Comunidad de Regantes que es una trasposición de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea.

Lo cierto es que, a día de hoy, el regadío está lejos de materializarse, a no ser que haya un giro inesperado.

Ejecutar el proyecto cuesta 353 millones de euros, de los que 65 asumirían los comuneros a través de una operación de préstamo con una entidad bancaria. Ya se habían dado pasos importantes en este sentido. Un 90 por ciento de los interesados habían presentado la documentación requerida, pero todo ha quedado en ‘stand by’, con el consiguiente “desánimo” de los regantes.