La Consejería de Agricultura ha confirmado que no soltará ejemplares de lobo ibérico en el norte de la región. La Junta de Extremadura va a volcar sus esfuerzos en la conservación y expansión del lince ibérico, y no así del lobo.

La consejera Mercedes Morán ha apuntado que la Junta saldrá del proyecto Life Lupi Lynx, dirigido a la expansión de estas dos especies o que, dentro de esta iniciativa, se centrará únicamente en el lince.

Esta declaración de intenciones de la Junta ha sido bien acogida por los ganaderos, que entendían que la introducción artificial del lobo iba a ser un peligro para la ganadería extensiva e, incluso, para el sector de la caza.

En el otro lado están los ecologistas, que consideran que los ganaderos no deben preocuparse del lobo de cuatro patas: “El problema que tienen son los lobos de dos patas; son los que les pagan poco dinero”, han comentado

Lo curioso de este tema es que el melón sobre la protección del lobo lo abrió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que, curiosamente, cambió de opinión cuando un lobo devoró a su poni.