En los últimos días de febrero, del 27 al 29, Alqueva liberó 45 hm3 de agua que fueron directamente al Atlántico en un “simulacro de crecida” del Guadiana. Es el segundo año consecutivo en el que la presa portuguesa desagua. Los 45 hm3 suponían en esas fechas el 7 por ciento de todo lo embalsado desde primeros de año en el pantano portugués. Ese volumen es exactamente la reserva de agua comprometida que tiene el regadío de Barros de las presas de Alange y Villalba.

Alqueva recoge el agua del Guadiana en virtud del tratado de Albufeira, que firmaron en 1998 los gobiernos de España y Portugal, y que establece transferir un caudal mínimo para el embalse más grande de Europa de 800 hm3.

Hace unos meses, la Junta, a través del director general de Infraestructuras Agrarias, José María Sánchez Cordero, decía que se iba a pedir una modificación de ese acuerdo internacional, porque “agua hay, pero está mal repartida”. COPE ha podido saber que, a día de hoy, no hay intención de pedir ese cambio en el tratado.

Francisco Castañares, exdirector general de Medio Ambiente y exdiputado socialista en la Asamblea de Extremadura, actual presidente de ‘Amigos de Monfragüe”, ha explicado en COPE que lo hay que hacer “es gestionar bien el agua”, denunciando públicamente que se esté transfiriendo seis veces más agua a Portugal “porque le interese a Iberdrola”.

En los mismos días que Alqueva desaguaba 45 hm3, el pantano de Alcántara soltaba 200 hm3, más de cuatro veces lo necesario para un regadío, el de Tierra de Barros, que Europa no quiere financiar por una supuesta falta de recursos hídricos.

La pregunta es: ¿por qué las eléctricas ‘vacían’ los pantanos? Castañares lo tiene claro: generan electricidad con bajo coste de producción y la venden a precios del gas.