Que algunos medicamentos tenemos que tomarlos en ayunas y otros con algo en el estómago es algo que, más o menos, vamos entendiendo. Pero lo que quizás no sabemos es que hay alimentos que pueden potenciar ciertos efectos de un tratamiento o, al contrario, echar al traste el efecto deseado.

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Por ello, el Colegio de Farmacéuticos de A Coruña ha puesto en marcha una campaña para sensibilizar sobre esta cuestión. Bajo el lema “Tu medicación, un ingrediente a tener en cuenta en tu alimentación”, intentan explicar las casuísticas que pueden restar eficacia a tratamientos muy habituales. Algunas son estas:

1. Zumo de pomelo

El zumo de pomelo, aparentemente bueno y saludable, tiene muchas interacciones y en general es incompatible con cualquier tratamiento. Está especialmente prohibido si tomamos estatinas para el colesterol.

“Las estatinas tienen un mecanismo de acción que actúa con el citocromo P450 y lo que hace en concreto este zumo de pomelo es que va a inhibir que se metabolice la estatina”, señala Paula Briones, vocal de alimentación en el colegio e impulsora de la campaña. Así, “si evitamos que se metabolice la estatina no pasa sangre se va a mantener más tiempo el efecto y va a tener un efecto más potente puede llegar incluso a concentraciones tóxicas”.

2. Alcohol

El alcohol nunca es recomendable y se recomienda moderar su consumo siempre, pero al estar asociado muchas veces a las comidas, puede interferir con muchos tratamientos. En el caso del anticoagulante Simtrom.

“Interfiere en el mecanismo del medicamento”, dice Briones, y potencia la actividad del Simtrom “aumentando el INR”, el índice de coagulación que se mide para regular la administración del fármaco. De este modo, "puede disminuir el efecto del Simtrom y provocar hemorragias". El INR, por cierto, también aumenta con el consumo de otros alimentos como el ajo o el mango.

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Además, el alcohol es incompatible con el paracetamol, lo que lo hace más que desaconsejable como remedio para la resaca. ¿Por qué? Tiene un metabolismo hepático y el paracetamol también. Si se toma paracetamol con alcohol, se duplica la dosis y genera “una bomba en el hígado”, según Briones.

Otro ejemplo de incompatibilidad del alcohol se da con la metmorfina. Al combinarlo con este fármaco diabético, “podemos tener el peligro de que se produzca una acidosis” con la suma del metabolismo del ácido láctico por parte de la bebida y del fármaco.

3. Cafeína

En el caso de la cafeína, se da una paradoja, ya que hay alimentos en los que se inhibe el efecto del fármaco y en otros se potencia. El contraste más curios o es que es incompatible con el paracetamol porque favorece un vaciado lento del aparato digestivo.

Pero, sin embargo, en el caso del ibuprofeno, la cafeína sí favorece su absorción. De ahí que sea recomendable decirle a un paciente “que se lo puede tomar con un cafecito”, indica la farmacéutica.

4. Fibra

La fibra, recomendada en muchas ocasiones para garantizar el tránsito intestinal, puede ser contraproducente e incompatible con muchos tratamientos. Es el caso de las estatinas pero también de la levotiroxina, utilizada para problemas de tiroides.

“Cereales integrales, fruta con fibra, verdura, fibra van a acelerar su tránsito y hacer que este fármaco esté menos tiempo en nuestro organismo y disminuir su efecto”, comenta Briones. Por ello, el consejo es distanciar la toma de la levotiroxina al menos una hora de estos alimentos.

En el caso de la metmorfina, la fibra inhibe su absorción hasta en un 40%, y con el paracetamol, “alimentos que contengan fibra o pectina van a retrasar su absorción o incluso su efecto hasta un 70%”. La pectina está presente en la piel de muchas frutas, por lo que “tomar el paracetamol para el desayuno y una de estas frutas no es buena idea”, revela Briones.

5. Frutas y verduras

Al tomar Enalapril para la hipertensión, no debemos tomar plátano o kiwi y si nos han recetado Digoxina para la arritmia, hay que evitar el brócoli y el tomate. Sin embarco, el brócoli o la lechuga son perfectos para suplementar tratamientos como la metmorfina por su contenido en vitaminas, igual que las frutas con vitamina C son perfectas para suplementar un tratamiento de hierro.

Normalmente, se desaconseja la verdura de hoja verde con el Simtrom por su alto contenido en vitamina K, aunque para el colegio de Farmacéuticos esto es cuestionable. “Lo único que no pueden hacer es atiborrarse un día a carne y los tres siguientes a verdura”, matiza Briones, por lo que el consejo es “tomarla de forma estable y equilibrada en la dieta habitual”.

Lo importante es el equilibrio y la moderación y, si tenemos alguna duda, consultar en nuestra farmacia de cabecera. Y ojo, porque no solo lo que comemos influye en las medicaciones. También hay que tener tanto o más cuidado con los complementos vitamínicos o los tratamientos a base de plantas. Que se vendan como “naturales” no quiere decir que sean inocuos, al contrario: sus compuestos pueden generar muchas interacciones con otros principios activos.