Después de cinco años en la parroquia naronesa de O Val continúan con el mismo problema: una plaga de moscas que les impide a los vecinos de unas veinte casas, hacer vida normal.

Ni las mosquiteras en las ventanas, ni las tiras de pegamento, ni los líquidos atrayentes, consiguen disminuir la población de estos insectos voladores que se cuelan por todos los sitios.

Con la subida de las temperaturas, siempre hay un repunte de moscas, y la solución no acaba de llegar. Ni se sabe el origen ni hay en marcha ningún protocolo de actuación.

Es una situación que padecen alrededor de 20 municipios gallegos que mediante la FEGAMP exigen a la Xunta que se tomen medidas, tal y como pideManoli Castro, vecina afectada y presidenta de la AAVV de O Val, en Narón.

Estos días el número de moscas ha disminuido pero el fin de semana pasado tuvieron una auténtica invasión y están pendientes del incremento de las temperaturas.

Los vecinos hacen todo lo posible para evitar que los insectos se cuelen en sus casas, que no pueden ni ventilar. Actualmente lo que mejor les funciona son las tiras de pegamento y los líquidos atrayentes semejantes a los que se elaboran para atrapar a las avispas velutinas.