Es cierto. Apenas es un partido. Pero el celtismo vuelve a sonreir. La manera en la que el Celta remontó en el Pizjuán y lo que propuso Claudio Giráldez desde el banquillo, han conectado con lo que pedía la afición celeste. Será el compendio de las diez últimas jornadas el que ponga nota al de Porriño pero, aquí, intentaremos desgranar las claves de su estreno con el primer equipo:

• Valentía. Esa fue la palabra que más usó Claudio en sus comparecencias ante la prensa y la que demostró el equipo en Nervión. Ya desde el esquema, un 3-4-3 con defensa adelantada, pasando por la querencia por la pelota, la intención de ir al ataque o la presión alta, hasta el defenderse con balón en los últimos minutos del duelo
• Cantera. Otra de las promesas de Giráldez se vio reflejada en Sevilla. Los jugadores de la fábrica olívica tuvieron protagonismo. Carlos Domínguez y los Hugos (Sotelo y Álvarez) fueron titulares y Damián Rodríguez debutó en Primera en la recta final. No fueron parches por bajas ni jugaron minutos de la basura. Fueron protagonistas. Hace algunas semanas, Benítez rompía una racha histórica jugando sin canteranos de inicio tres lustros después.
• Confianza. No solo propia al declarar a los micrófonos de Movistar que de 0 a 10, diez es el número que elige a la hora de medir su creencia en la salvación; sino también en los suyos. Carles Pérez llevaba 9 encuentros sin minutos con Benítez pero tuvo minutos y demostró que puede ayudar y mucho, anotando el golazo que abría la remontada. O por ejemplo con cambios de posición de futbolistas, usando a Mingueza de central, un puesto en el que otros técnicos lo descartaban de plano.

La defensa, el gran lunar a mejorar

• Aspas. El emblema celeste no solo fue titular sino que llevó el peso del equipo en la ofensiva. Con las líneas más juntas, un equipo con balón y ofensivo, el de Moaña puede brillar. Recorre menos metros y juega donde le gusta, repartiendo juego con otros hombres de toque cerca.
• Balón. El Celta lo quiso. Prácticamente dobló su registro medio de pases esta temporada y lo hizo con una precisión del 90%. Remontó a base de querer la pelota. No hubo necesidad de mediocentros destructores (jugaron Sotelo y Beltrán de inicio) y no se hicieron apenas faltas, por la buena colocación y las pocas pérdidas.
• Riesgos. Los olívicos los asumieron como era lógico para remontar y ahí se vieron las principales carencias del equipo a nivel defensivo. Demasiados balones a la espalda de la zaga causaron pánico y el Sevilla gozó de transiciones en ventaja numérica. Además los fallos individuales (en este caso de Unai Núñez) volvieron a costar caro. En esta faceta es donde más trabajo tiene Claudio en el parón FIFA. Eso sí, sus jugadores supieron defender la ventaja moviendo el balón por todo el campo en los minutos finales y los fallos se redujeron por los cambios en defensa entrando Jailson, Carles, Cervi y Starfelt en esa zona.

En definitiva, buen estreno del Celta de Claudio. Ahora llegan dos semanas para empaparse de su idea y debutar en Balaídos, con el apoyo de su gente, en otro duelo directo ante el Rayo Vallecano. Será el domingo 31, Domingo de Resurrección, a las dos de la tarde.