• Jueves, 28 de marzo 2024
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El colapso del sistema

Análisis del batacazo de España en el Mundial de Catar

España eliminada en Catar

Jordi JiménezPalma

Tiempo de lectura: 6'Actualizado 10:12

Se suele decir en fútbol que un entrenador tiene que morir con sus ideas. Sin embargo, el objetivo de todo entrenador es no morir sino buscar la supervivencia de su equipo y la suya propia, porque se entrena para ganar, se dirigen partidos para ganar, se prepara un equipo con un único objetivo, ganar.

Negar el principio del deporte, que es la búsqueda de la victoria y del éxito, es como negar al ser humano el derecho a respirar. Se compite para ganar, después todo pasa por el camino escogido para llegar hasta el objetivo. España lleva años escogiendo un camino desde que Luis Aragonés plantó la semilla que hizo florecer con los jugadores que había en España en aquel momento. Luis, un enamorado del contraataque y la presión, se dijo que con los jugadores que tenía España, excelentes, había que construir un equipo ganador a partir del balón y la elaboración con los artistas que tenía. Luis hablaba de la gran sentada que nunca se hizo para buscar entre todos la personalidad al equipo nacional; a qué juega España, él quería dar respuesta a esta pregunta y lo hizo. Después Del Bosque siguió abundando en esa filosofía con una generación impresionante y lo hizo, a su modo de liderazgo tranquilo y dando protagonismo a los jugadores.

Luis Enrique ha abundado en su ciclo en este camino porque es un convencido de que es lo mejor y además lo que más le gusta. La propuesta de España es lógica porque en el fútbol se trata de explotar tus virtudes y esconder tus defectos, y las virtudes de España comienzan a partir de tener el balón, y si lo pierde, tratar de recuperarlo inmediatamente, nada de tener que correr demasiado hacia atrás, nada de de encerrarse porque no es esa defensa numantina, para entendernos, lo que mejor se le da a España.

Luis Enrique ha llevado hasta el extremo sus principios en la búsqueda del éxito porque era para la España futbolística que tenemos el único camino. Los principios de Luis Enrique parten de la materia prima que tiene y después del concepto táctico del propio técnico, que no ha entendido el Mundial de otra forma que intentar ganar por sometimiento, por derribo generando filtraciones de los sistemas defensivos contrarios.

España tenía un plan y sus jugadores han creído a ciegas en el mismo. Desde ese punto de vista es irreprochable la transmisión de su técnico y su liderazgo. Luis Enrique ha sido principio y final, para lo bueno y para lo malo, sus jugadores han creído a muerte en su ideario, y además el técnico les ha protegido convirtiéndose en el foco permanente del equipo. No fue casual que justo antes del primer cruce de España, en los octavos ante Marruecos, sacara su versión más desafiante. Debió decir, vamos a jugar un poco. Y se jugó, ironizaba sobre las preguntas o las desautorizaba directamente. Sabe que él iba a captar toda la atención de la prensa, conoce el juego, no se siente cómodo ante los periodistas porque Luis Enrique siempre ha vivido mejor al ataque que recibiendo elogios, reconocido por él.

Pero juegos y ruido al margen, volvamos a la cuestión esencial, ¿era este el mejor camino futbolístico? La lectura ventajista inmediata es negarlo. No por caer en los penaltis, porque cuando llegas a los penaltis ante una selección en teoría inferior es que el plan no ha funcionado. Demos valor de paso a lo que hacen los rivales, Marruecos ha tenido muchas virtudes defensivas (sólo han encajado un gol) y además se ha sentido cómoda con ese sometimiento de España. La cuestión es que cuando llevas tres Mundiales yéndote a casa casi a la primera (en Brasil fase de grupos,Rusia y Catar en octavos, en ambas por penaltis) es que algo falla.

Entonces estaban otros y otro seleccionador, pero el resultado ha sido idéntico. Luis Enrique ha dado el relevo generacional y ha rejuvenecido el equipo nacional; de la eliminación ante Rusia de hace cuatro años sólo estaban anoche en el once Alba, Busquets y Marco Asensio. El técnico ha tenido un ciclo muy positivo al frente del equipo español hasta llegar al momento importante de verdad, un Mundial. La caída en Catar en un fracaso, no se pueden poner paños calientes, y esta caída marca mucho cómo afrontar el futuro y la diatriba: si persistir en entrenador e idea o dar un giro.

La eliminación prematura de España no es síntoma de baja calidad, España tiene mucha calidad, sino de colapso del sistema, no basta monopolizar el balón. El fútbol es un deporte de engaño, no puedes decirle al enemigo cuál es tu plan, mostrarle tus cartas, avisarle, decirle por dónde vas a asaltar una fortaleza y luego finalmente ir por ahí. Puede salirte bien si eres lo suficientemente bueno pero también puedes darte de bruces con el muro. En este sentido la goleada ante Costa Rica confundió porque hizo creer a los propios jugadores que tenían esto controlado y despejaba sospechas sobre falta de gol. Siendo una gran noticia ese partido, produjo también algunos efectos negativos para la autogestión del torneo.

Hay que buscar alternativas, engaños, planes alternativos. Marruecos se sintió muy cómoda sin balón y España creyó sentirse cómoda con el balón. En un fútbol tan igualado como el de hoy, un rival que ha ganado fortaleza física como Marruecos, con algunos jugadores curtidos ya en las mejores ligas (sin ir más lejos su portero, el que nos manda para casa, un gran tipo y buen portero, Bono) te puede mandar para casa si no eres capaz de engañarle. España insistió en un fútbol académico colectivo, pero no tuvo la inspiración de nadie para romper el orden, para sorprender.

A nadie se le escapa además que España produce muy buenos jugadores pero todos parecidos, elaboradores, pasadores, pero tiene menos ejecutores ni sobran los centrales. Algo está fallando, no miremos a Luis Enrique, miremos abajo y qué tipo de jugadores se forman en España. Muy buenos, excelentes, hay mucho talento, pero faltan otras cosas. Alguno dirá que había más goleadores que se quedaron en casa, como Joselu, Borja Iglesias, Aspas... En la lista de Luis Enrique es lo único que eché en falta, algún goleador más y en especial en espacio reducido. Podemos convenir que otro nueve puro tipo Joselu hubiera sido necesario, pero el seleccionador no debía creer en ello y mantuvo su plan inicial sobre cómo llegar al gol.

Y es verdad que jugadores como Morata, Marco Asensio, Olmo, Sanabria (a quien Luis Enrique lamentó no haber empleado más) tienen gol, es verdad que tienen buen tiro lejano, pero no se ejecutó. Se insistió hasta la saciedad en lo mismo, como si no hubiera otra forma de derribar un muro. España había enseñado a sus rivales su plan y los rivales tomaron buena nota. ¿Qué pensábamos que iba a hacer Marruecos, ir a discutir la posesión a España?

España produce tocadores pero desde abajo debe empezar a cambiar cosas. No todo el mundo puede ser Iniesta, no todo el mundo puede ser Xavi, no todo el mundo puede ser Pedri, o Busquets. Hacen falta más cosas. No todo el mundo puede ser empresario, consejero delegado, abogado, médico, periodista, psicólogo. Para que un país funcione necesitas de todo. Miren, no paro de darle vueltas al hecho de que en un país con el paro cronificado, con un problema estructural como el que tiene España, sean necesarios trabajadores extranjeros para determinados trabajos. Entraría dentro de la lógica, ocurre en cualquier sociedad desarrollada, pero hasta cierto punto.

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El colmo es que en una comunidad como Baleares, cuya industria es el turismo, no se encuentre personal cualificado para mantener la actividad turística en buenas condiciones, es increíble que para la recogida en el campo necesiten manos de fuera. Es responsabilidad nuestra, hemos hecho crecer en la abundancia a los hijos, haciéndoles creer que todo lo tienen ya, cuando en realidad se lo tienen que ganar. De la necesidad se hace virtud, se agudiza el ingenio, y no hay nada más creativo y que necesite más del engaño y el ingenio que el fútbol. Los chicos crecen con formación académica pero no de vida, y la España futbolística ha sido un poco muestra de todo esto, talentosa pero poco ingeniosa.

Las celebraciones marroquíes en España, en concreto en Baleares se han visto especialmente en Son Gotleu de Palma, Manacor, Sa Pobla, Ibiza, Mahón, han descubierto un panorama sociológico que algunas personas parecían ignorar. No deja de sorprenderme la sorpresa que han provocado. La sensación de invasión, calles tomadas por ciudadanos de otro país que celebran su victoria. Bienvenidos al mundo real, muchos de ellos han venido a hacer esos trabajos que nuestros hijos no quieren hacer. Algunos pueden haber venido de manera ilegal, quien no viene de forma reglamentaria y porque su objetivo es venir a trabajar y mejorar la vida de su familia, pueden surgir bolsas no deseadas de delincuencia.

No estamos afortunadamente como en Bruselas o París, donde esas comunidades son capaces de hacer arder una ciudad, pero no se trata de seguir mirando para otro lado. Los marrorquíes celebraron en Baleares de manera festiva y sin vandalismo el histórico pase a cuartos y les felicitamos por su clasificación y por haberlo hecho mayoritariamente de manera festiva y civilizada, no ha ocurrido como en alguna otra ciudad de España donde sí ha habido incidentes. Gracias también a nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado por su impagable trabajo.

La migración es un derecho, todos hemos sido emigrantes, bien lo sabemos los españoles. El movimiento de personas es enriquecedor, pero tiene que ser ordenado e integrado. Lo que no puede hacer España es sustituir sus hijos por los hijos de otras culturas masivamente. Por ello el intercambio con Hispanoamérica es mucho más natural, son nuestros hermanos.

España ha colapsado como equipo en Catar como síntoma del colapso general al que no queremos que se asome el país. Para no colapsar tiene que ser capaz de producir de todo, en un equipo tiene que haber creadores y currantes, tiene que haber arquitectos y obreros y no pedir a otros que nos hagan el trabajo. España tiene que producir de todo, como país y como equipo de fútbol.

El problema está en la base, no en Luis Enrique, el entrenador puede haberse estrellado contra el muro en su creencia de que su plan era el único posible y puede haberse equivocado, pero en España falta quien haga el trabajo sucio y también percutores, no hay país que sobreviva sin quien planifique el edificio pero alguien tiene que construirlo.






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