Pedro es un vecino de Logroño que compró un piso y que un tiempo después lo puso en alquiler a través de una inmobiliaria, en abril del año pasado 2023. El cúmulo de acontecimientos en este caso, lo que le ocurre a partir de aquí, resulta increíble porque al mes siguiente, en mayo, el inquilino deja de pagar.

Este propietario rápidamente se puso en contacto con la inmobiliaria para resolver el problema con el inquilino, de quien le habían dado todo tipo de garantías para firmar el contrato. El caso es que Pedro una vez se pone en contacto con la inmobiliaria esta se desentiende.

Este propietario, entonces, decidido a tomar medidas se pone en contacto con el inquilino a quien da varias semanas para formalizar el pago pendiente. El inquilino que decide no pagar le comunica a Pedro que abandona la propiedad.

Cuando Pedro acude a su vivienda para cambiar la cerradura de la puerta, se encuentra con la sorpresa de que hay cuatro personas viviendo allí como subarrendatarios de su inquilino moroso. La situación toma un giro inesperado cuando la policía interviene y, en medio del caos, detiene a Pedro por "armar la tremolina". Ahora, Pedro se enfrenta a un proceso judicial mientras trata de resolver este embrollo legal.