Estamos hiperestimulados. Incluso hacemos más de una cosa a la vez para rentabilizar el tiempo al máximo. Mientras vemos la tele consultamos el móvil, que nuna para de dar avisos.

Esa actividad continuida, ese bullicio constante, interrumpe el silencio y estamos "muy faltos" de él. Así lo afirma Lola Montes, coordinadora de la Escuela del Silencio, en COPE Euskadi, donde ha recomendado buscar esa "quietud de mente" para lograr conectar con nuestra "esencia".

El tesoro que llevamos dentro

"Estamos muy en la superficie, muy estimulados por tanta hojarasca. Nos pasamos la vida alienados de nosotros mismos. Hay un símil que funciona muy bien, las olas del mar siempre están agitadas pero el fondo siempre es quietiud. Es necesario aquietar la mente, la expectativa, los proyectos ...Para sentir quienes somos y el tesoro que llevamos dentro", ha explicado Lola, discípula del padre dominico Moradiel.

Quien llega a la escuela busca "otra forma de vivir y de estar" sin tanto estímulo externo, pretende encontrar el "amor, a Dios, el nombre que cada uno quiera ponerle al sentido de la vida".

Volver a estar aquí

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En la escuela primero hay que silenciar el "maremagnum" de ruido que hay en las capas más superficiales de la mente. "Hay que calmar todas esas preocupaciones y problemas para volver a estar en el presente conectados con la fuente, de la que brota la vida y lo más bello", ha señalado Lola.

Quienes acuden a los talleres de la Escuela del Silencio, después de tres días en silencio y en grupo, están "nuevos" como si se hubieran "reseteado".

Invitada esta semana por la Diócesis de Vitoria para ofrecer una charla ha explicado que quienes acuden a su escuela llegan hartos de tanto ruido y algo escépticos, pero tras mucho silencio, teoría y práctica en forma de meditación en grupo, salen conectados con su esencia y en paz: "regenerados".

Avanza en nuestros micrófonos que volverá con otra charla a Euskadi.