"Preocupados y hartos". Así se muestran los vecinos de Martutene en San Sebastián después de 10 años pidiendo una "solución"para dos edificios abandonados que hay en el barrio, un antiguo instituto ubicado en el edificio de Agustinos y Villa Oyón, ambos okupados por gente "sin hogar", muchos de ellos extranjeros en situación irregular.

En Cope Euskadi hemos hablado con Laida Etxeberria, de la asociación Sarroeta Auzo Elkartea, tras la última redada policial que se ha saldado con la identificación de 56 okupas en el antiguo instituto politécnico. Sin embargo no es el primer caso ni tan siquiera el segundo. Laida nos cuenta que son ya cinco redadas policiales en los últimos años en este edificio okupado, con un ambiente que genera "inseguridad" a los vecinos porque "se producen algunos robos a vecinos pero sobre todo los altercados más importantes, como peleas, se dan entre ellos, entre los de un edificio y los de otro".

Laida subraya que lo único que se hace son "redadas y redadas" que no solucionan el problema porque el edificio abandonado sigue ahí. Nos cuenta que "por mucho que se pongan muros vuelven a entrar" y añade que "es gente que viene rota, que tiene muchos problemas, entre ellos problemas de drogadicción y todo esto tiene consecuencias en el barrio".

Según Laida la consecuencia es que la gente con el miedo "tira a un discurso peligroso". Por esta razón precisa que es importante "colocarnos en nuestro sitio, sujetar estos miedos e intentar buscarle una solución al problema".

Laida tiene muy claro que esa solución pasa porque el Gobierno Vasco de un "uso" a la parcela educativa donde se encuentra el antiguo instituto, que es de su propiedad y a la que bien podría destinar un nuevo centro educativo para el barrio. Reconoce que el proyecto no es sencillo porque se trata de una parcela enorme pero reclama al Gobierno Vasco que, después de una década de solicitudes del barrio y de veinte años abandonado, "ya es hora de que Martutene tenga una solución con el edificio de Agustinos".

Sobre el otro edificio abandonado, Villa Oyón, propiedad de un banco y que se encuentra a 10 metros del patio de la ikastola del barrio, los vecinos esperan cuanto antes a la orden de derribo que el Ayuntamiento de San Sebastián les comunicó en octubre que sería efectiva en el plazo de seis meses.