Dos años ha durado la restauración del "Reloj de péndulo compensado" de la Catedral del Buen Pastor en San Sebastián, un "Odobey" fabricado en Francia en 1897. Se trata del reloj "original", que ubicó en la torre del templo el relojero Benito Yeregui, bisabuelo del actual restaurador, Xabier Álvarez. Un encargo que le ha llenado de "emoción" y eso que se ha tenido que "emplear a fondo", porque el reloj tenía múltiples averías, según nos ha explicado el restaurador.

LLevaba 40 años sin funcionar. "Estaba desincronizado del sistema de toque de horas", al igual que "la parte del movimiento", ha señalado Xabier Álvarez, que además tuvo que solucionar los problemas en los cojinetes, llevar a cabo una limpieza minuciosa de todo el mecanismo y solventar otros defectos y deterioros.

El restaurador, electrónico de profesión y apasionado de la relojería antigua, ha precisado que una de las mayores dificultades fue "definir" cuáles eran los problemas que tenía y determinar si sería posible ponerlo de nuevo en marcha. Ahora ha dado por "concluido" el trabajo después un seguimiento de seis meses seguidos de funcionado, sin ninguna parada, y haber comprobado que todos los parámetros, sobre todo, el número de oscilaciones por hora, lo convierten en "un reloj de muy alta precisión".

Los visitantes podrán contemplar ahora el reloj en un espacio dentro del templo, la capilla de la antigua pila bautismal, hasta que sea reubicado, con una grúa, en su lugar original, la torre, una vez concluya, en dos años, la renovación de la Fachada Oeste, la única que falta por rehabilitar de la Catedral del Buen Pastor, tras haber concluido la rehabilitación de la Fachada Este y la torre del templo.