La procesión del Domingo de Ramos, la más multitudinaria de la Semana Santa, recorrió las calles de Lorca, pese a la lluvia que amenazó con suspenderla casi hasta el último minuto.

El alcalde, Fulgencio Gil, convocó a los presidentes de las cofradías en dos ocasiones durante la tarde para decidir qué hacer a la vista de las previsiones meteorológicas y finalmente se acordó poner la procesión en la calle en un formato más ligero y con menos elementos de los previstos.

Eso no impidió que el público volviera a llenar los palcos a las 20,30 horas, que el cortejo fuera brillante y que las cofradías lucieran todo el esplendor de la Semana Santa.

El Paso Blanco fue uno de los grandes protagonistas del desfile con la participación de miles de personas ataviadas con túnicas y portando palmas y ramas de olivos en el grupo del Pueblo Hebreo, el más numeroso de las procesiones lorquinas.

La presencia del pueblo hebreo fue seguida de la aparición del trono de San Juan de la Palma portado en andas por 94 costaleros y adornado con 4.000 flores hechas a mano con palmas por los cofrades y de la Virgen de la Soledad de La Curia, que cerró la procesión.

En este desfile el Paso Azul puso en escena su procesión egipcia y uno de sus protagonistas fue el sacerdote nigeriano Kenneth Chukwuca Iloabuchi, llegado a España en patera hace años, que encarnó a la figura de Moisés.