Óscar López es una de las nuevas incorporaciones del Gobierno de Pedro Sánchez, como Jefe de Gabinete, es decir, se ha convertido en la mano derecha del Presidente. López es conocido por haber sido Secretario General con José Luis Rodríguez Zapatero y número tres del PSOE con Rubalcaba, pero lo que pocos recuerdan es el escándalo que protagonizó en 2013 por la alcaldía de Ponferrada que tuvo lugar un 8M y en el que estuvo implicado un condenado del caso Nevenka.

En marzo de 2013, el PSOE presentó una moción de censura en el ayuntamiento de Ponferrada (León) liderada por Óscar López, que salió adelante en la votación llevada a cabo el día 8 del mismo mes, gracias al voto del expopular Ismael Álvarez, condenado en 2002 por acoso sexual en el caso Nevenka. Al conocerse la sentencia, Álvarez dimitió de todos sus cargos políticos y tras años en la sombra, volvió a la política municipal en 2011 con un nuevo partido que consiguió cinco concejales. Dos años después de su vuelta tuvo lugar su pacto con el PSOE para presentar la moción de censura contra López Riesco, alcalde que le había sustituido en el momento de su dimisión.

La negociación para que la moción saliera adelante fue gestionada en primera persona por López, pero el nuevo alcalde duró en el cargo poco más de 6 horas. Alfredo Pérez Rubalcaba, que era el secretario general del PSOE en ese momento, pidió a Samuel Folgueral, el nuevo alcalde, que dimitiera hasta que Álvarez abandonara la política, dejando en evidencia a López y a su gestión de la moción de censura.

López tuvo que reconocer su error y pedir disculpas

López se vio obligado a reconocer su "mala decisión" y a pedir disculpas a aquel se hubiera sentido ofendido. Incluso aseguró que el propio Rubalcaba le había dicho que había cometido "un grave error" que había que resolverlo. Sin embargo, pese a reconocer su desacierto con la gestión, el número 3 del PSOE buscó justificar su actitud con el abandono de Ismael Álvarez de la política.

La situación se resolvió cuando el concejal condenado por acoso sexual dimitió de su cargo, se volvió a llevar a cabo la votación y Samuel Folgueral (PSOE) salió elegido como nuevo alcalde de Ponferrada, derrotando al regidor del PP, Carlos López Riesco.

López concedió una rueda de prensa días después para aclarar lo sucedido, asegurando que asumía toda la responsabilidad de lo ocurrido y que Rubalcaba no conocía los "pormenores" del asunto. Aprovechó sus declaraciones para intentar justificar su actuación, asegurando que una "condición inexcusable" para que la moción saliera adelante era que Álvarez abandonara la política, un hecho que presumió haber conseguido.

Fueron muchas las críticas internas del PSOE que recibió López, como la del presidente de la Junta de Andalucía y del partido, José Antonio Griñán, pero López defendió, en todo momento, que no había oído a nadie pedir su dimisión y que había hecho lo que "correspondía", que era asumir el error y rectificarlo.

Curiosamente, este escándalo se desató un 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, que tanto abandera el PSOE actual. El mismo partido que se apoyó en un condenado por acoso sexual para lograr la alcaldía del municipio leonés de Ponferrada. Una polémica que pocos recuerdan, llevada a cabo por la actual mano derecha del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.