El 2 de agosto se abrió la puerta santa en el Santuario de Guadalupe. Por tanto se dio comienzo a un Año Jubilar Guadalupense donde se están llevando a cabo varias iniciativas interesantes. Por ello el Arzobispo de Toledo, mons. Francisco Cerro, ha contado en El Espejo, cómo seestá desarrollando este año.

El prelado asegura que "está siendo realmente un tiempo de gracia. Está desarrollándose con un fruto y con una vivencia muy grande. Yo mismo he ido muchísimo. El padre guardián me decía que había más de 20.000 personas que se habían pasado por el santuario", relata mons. Cerro. Un año jubilar que se desarrolla en medio de una crisis sin precedentes debido al coronavirus, y por ello estos meses se desarrollán en Extremadura "aceptando por supuesto la normativa sanitaria. Pero está resultando maravilloso. Las expectativas se están cumplendo con gran fruto".

"La gente peregrina a estos lugares porque desea encontrarse con Dios a través de su Madre. La gente va, se confiesa, disfruta de un lugar tan bonito y tiene tantos y tantos atractivos", cuenta el arzobispo de Toledo. "Tengo que reconocer que es mucha la gente que va y van a lo esencial. Estamos muy heridos por lo que estamos viviendo y yo creo que la gente aquí se reconcilia. En la casa de la Madre todos somos hermanos y nos consolamos con la fe".

Además el obispo ha querido destacar la participación de los jóvenes en este año jubilar: "Los jóvenes siguen siendo protagonistas, vienen por ejemplo desde la Diócesis de Córdoba, de Madrid, de Getafe, por supuesto de Extremadura, de Toledo... Estamos haciéndolo todo de una manera simbólica y testimonial. Yo estaré en la vigilia del sábado con grupos pequeños, por ejemplo. También estamos haciendo peregrinaciones virtuales y muchas de las personas que participan son jóvenes".

Además, este año tan especial, tiene una repercusión internacional. "Hay participación de más de 1.500 peregrinos, casi 1.600, y se han apuntado de 30 países de América Latina. Muchos de los grandes pastores y obispos van a celebrar la Eucaristía sumándose a este lugar de encuentro que es Guadalupe en Extremadura. Toda la fuerza evangelizadora surge de Guadalupe, de donde salieron tantos misioneros y evangelizadores. Hay un agradecimiento grande".