Desde la peste de 1619 hasta la actualidad 407 franciscanos de Tierra Santa han fallecido en diversas epidemias. A esta lista se han sumado recientemente el P. Edward Tamer, de 83 años, con una vida dedicada a las escuelas de la Custodia, que ha pasado 20 años en Alepo, en medio de la guerra, y el P. FirasHejazin, con 49 años de servicio. La mitad de los frailes franciscanos en Siria han pasado el covid-19, pero ninguno de ellos abandonó a su comunidad.

Se han sacrificado para permanecer junto a los enfermos en tiempos de epidemia, como también lo han hecho durante la guerra.Actualmente hay 15 frailes en Siria, en 9 parroquias. Dos de ellas están en la frontera con Turquía, en Knayeh y Jacoubieh, en el valle del Orontes, todavía bajo el control de las milicias yihadistas. Otras se sitúan en Latakia, en Damasco y en la ciudad mártir de Alepo.

Desde luego no es la primera vez que afrontan una epidemia mortífera. Durante las grandes epidemias de peste de 1347 y 1370 la actividad de los médicos franciscanos en Tierra Santa fue decisiva, gracias al alto conocimiento de los frailes. La Custodia de Tierra Santa, de hecho, trajo de Europa frailes competentes en medicina. Los médicos franciscanos eran muy apreciados por los lugareños y también por las autoridades musulmanas, como cuenta el relato del Gran Muftí de Jerusalén tratado por el médico del convento de San Salvatore, Fray. Giovanni de Bérgamo, o del Pasha de Acre, Muhammed al-Gezzar, que llamó muchas veces a Francisco López, médico de Jerusalén.

Pero la práctica de la medicina en la Siria de hoy, tras 10 años de guerra, es muy difícil, también debido a las sanciones económicas impuestas al régimen sirio. El Custodio de Tierra Santa, Francesco Patton denuncia que “el coronavirus es una de las muchas dificultades que enfrentan los sirios todos los días para sobrevivir. Para conseguir medicinas la población tiene que recurrir a menudo al mercado negro”.
En este contexto los frailes continúan su actividad pastoral brindando también apoyo material a través de una red. Además de ocuparsede las comunidades católicas que permanecen, ayudan también a los musulmanes, muchos de los cuales son refugiados debido a la guerra.