María José Alexander es la directora de Cáritas Somalia desde hace un año y medio. La situación de guerra en ese país le obliga a residir en Yibuti, desde donde entra en Somalia una vez al mes, revisa los proyectos y vuelve a lugar seguro. Pertenece al Movimiento Regnum Christi y ha trabajado con comunidades marginadas en Chiapas, Oaxaca y Chihuahua, antes de asumir su actual responsabilidad. Reconoce que en Somalia se puede trabajar pero con mucho cuidado, porque "los cristianos son el blanco de grupos terroristas como Al Shabab”.

En "Somaliland", una especie de estado ‘independiente’ dentro de la propia Somalia, Cáritas sostiene un programa que acoge a 40 niños que viven en campos de desplazados, y en esa misma zona desarrolla un proyecto para que la gente aprenda a ejercer la agricultura en un clima súper árido. En Puntland, en el Cuerno de África, comienza ahora un proyecto de habilidades técnicas como mecánica y otros oficios. También mantiene proyectos sanitarios como el de Aluula, donde los terroristas del Daesh tienen mucha influencia. Se trata de llegar a lugares donde muchas mujeres mueren por falta de atención médica a la hora de dar a luz. Y por supuesto, Caritas también responde a situaciones de emergencia, enviando comida, alimentos, médicos, etc.

Para trabajar en la zona, el personal de Caritas tiene que asumir un código de vestimenta, y a veces tienen que aceptar ir con escolta. Las personas para las que trabajan en Somalia son musulmanas pero entienden lo que mueve a Caritas y lo agradecen. Como dice el obispoGiorgio Bertín, que lleva 40 años en la región, trabajamos aquí “no porque ellos sean cristianos, sino porque lo somos nosotros”. La historia completa de María José Alexander y su trabajo en Cáritas Somalia, pueden encontrarla en el portal Religionenlibertad.com